Afganistán, el régimen talibán y el fútbol femenino: 'Recibí mensajes de jóvenes llorando desesperadas...'
"¿Podríamos volver a jugar al fútbol, volver a ver un campo? ", le preguntaban a la excapitana de la selección de fútbol del país, Khalida Popal.
Afganistán está volviendo a vivir "la pesadilla" del régimen de los talibanes, después de que este grupo volviera a tomar el control del país a mediados de agosto, una situación que relega a las mujeres "a la oscuridad", según la excapitana de la selección de fútbol del país, Khalida Popal.
"En agosto, cuando los talibanes tomaron el país y el gobierno de Afganistán estaba rodeado, la pesadilla se convirtió en realidad. Fue muy traumatizante para mí ver cómo todo lo que había vivido en mi niñez se repetía de nuevo", relató Popal durante su intervención en el foro 'World Football Summit' en Madrid.
La futbolista, que fue capitana de la primera selección femenina de fútbol en la historia de su país y reside desde hace varios años en Dinamarca, donde dirige la organización 'Girl Power', relató en el foro que tiene lugar en estadio Wanda Metropolitano sus sensaciones al conocer la victoria de los talibanes, que el pasado 15 de agosto retomaron el poder por las armas 20 años después, y el impacto que ello ha tenido en las jugadoras del país.
"Recibí mensajes de jóvenes llorando desesperadas y pidiendo ayuda, protección, preguntando qué iba a pasar, por qué ese castigo, por qué habíamos sido abandonada. ¿Podríamos volver a jugar al fútbol, volver a ver un campo? Comencé a pensar en sus ilusiones, y que les habían quitado el fútbol", expresó.
Propósito"El propósito de la selección femenina de fútbol de Afganistán es poder levantar nuestras voces contra una cultura, una ideología que dice que la mujer no puede participar en la sociedad, que no tiene derechos. Los talibanes son nuestros enemigos, y ahora mis jugadoras dicen: 'nuestros enemigos están ahí, los podemos ver por la ventana, ayúdame porque no puedo salir de mi habitación, no puedo salir de esta oscuridad'", relató.
Popal explicó que con el apoyo del sindicato mundial de futbolistas Fifpro pudo organizar un grupo de trabajo con el que sacar a las jugadoras de la selección nacional fuera del país. "La primera organización en ayudarnos no fue FIFA, desafortunadamente, sino Fifpro, y ni siquiera somos miembro de Fifpro", apuntó.
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Con su ayuda, la exjugadora y activista pudo organizar la salida de 85 jugadoras, que recalaron en Australia. "Pero han dejado a sus familias atrás, tienen 16, 17 años y no saben otra cosa que jugar al fútbol", recalcó.
No es la primera vez que Khalida Popal se encuentra en su vida con el régimen talibán. Durante su intervención en este foro en Madrid, la exjugadora afgana relató que en el inicio de la primera etapa de este grupo al frente de Afganistán, en 1996, ella tenía 8 años, y tuvo que salir con su familia hacia Pakistán como refugiados.