Aunque en el Vaticano no hay muchas mujeres, por lo que a la portera la han tenido que "fichar" en el país vecino (Italia), se ha conseguido formar el primer equipo femenino de fútbol de la Santa Sede.
Salen a calentar en una atípica fría noche del mayo romano en el campo de uno de los centros deportivos cercanos al Vaticano, donde se juega la ya famosa Clericus Cup, el torneo de equipos de sacerdotes y seminaristas, y ríen sorprendidas por ver a la prensa.
No comprenden por qué todo este interés por un grupo de mujeres que se reúnen una vez por semana para entrenarse y echar un partido, explica Danilo Zennaro, responsable de la asociación "Sport in Vaticano".
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Aunque Zennaro entiende que el fútbol femenino desde hace algunos años ha despertado gran interés y aún más si se juega a la sombra del la cúpula de la basílica de San Pedro, donde de los 4.800 personas que trabajan para la Santa Sede solo 750 son mujeres.
El responsable de la asociación "Sport in Vaticano" reconoce que la primera pregunta que le hacen cuando se conoce la existencia del equipo femenino es "si juegan monjas" y defiende que "no solo hay monjas en Vaticano", pues la presencia de trabajadoras laicas en la Santa Sede ha aumentado considerablemente en los últimos años.
"Las cosas han cambiado", remarca.
Y así se observa cuando trabajadoras de la sala de prensa vaticana, empleadas del supermercado o de los varios dicasterios (los ministerios) de la Santa Sede se ponen a jugar hoy al fútbol bajo las ordenes del entrenador Gianfranco Guadagnoli.
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La responsable del equipo y secretaria de la "Asociación de mujeres en Vaticano", Susan Volpini, explica que todo nació "como un juego" cuando en mayo del año pasado, durante una de las iniciativas para las empleados del Vaticano y sus familias, se organizó un partido de fútbol femenino y esto tuvo mucho eco, por lo que se pensó en que se podría formar un equipo.
Hasta ahora han jugado solo un torneo interno organizado por el hospital pediátrico del Vaticano Bambino Gesú y ahora está previsto que jueguen varios encuentros en iniciativas de solidaridad. "Porque esto es lo que nos interesa y no la competición", apunta.
Conformación del equipo
Está formado en un 60% por mujeres que trabajan en Vaticano mientras que el resto son mujeres o hijas de empleados y van desde los 25 años a los más de 40 y muchas son madres que se llevan a sus hijos a las gradas durante los entrenamientos.
"A veces les parece un milagro poder sacar un día a la semana para estar aquí", señala Volpini.
Solo tres de ellas tienen un pasado en equipos de fútbol italianos, mientras la capitana es la camerunesa Eugene Tcheugoue, que jugaba hace 30 años en su país natal.