Cuando la fama no es sinónimo de éxito
Algunas esposas de ciertos futbolistas no tuvieron suerte en sus negocios.
Muchas de las esposas de los deportistas siempre buscan la manera de generar sus propios ingresos para no depender solamente de lo que le pueda dar, económicamente, sus parejas.
Y aunque algunas triunfan en sus emprendimientos, otras no corren con la misma suerte y tienen muchas pérdidas financieras.
El más reciente caso es el del Pilar Rubio, mujer del defensa del Real Madrid Sergio Ramos.
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La también presentadora de televisión de 41 años, anunció el cierre de su tienda de ropa "online" antes de alcanzar un año de actividad.
En marzo de 2019, la madre de los tres hijos de Ramos brió el portal de moda MyShopList, en el que comercializaba prendas que reflejaban su estilo, por precios entre 50 y 200 dólares.
Pese a su fama y entusiasmo, la web -o su estilo- no cuajaron. Y no era esta la primera vez en que Rubio intentaba lanzarse al mundo de la moda sin éxito: en 2011 sacó al mercado la colección "MetalHead", que quedó prácticamente en la nada.
Meses antes del fracaso de Rubio, Nagore Aranburu, esposa del retirado medicampista Xabi Alonso, se rendía ante la evidencia de que su tienda de ropa infantil, Neroli by Nagore, no daba más.
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La empresa Artxer, de la cual dependía la tienda, presentó una deuda de casi 80.000 dólares en 2016 y nunca logró salir a flote.
Otras que vieron caer su negocio fueron la esposa del jugador argentino Lionel Messi, Antonela Roccuzzo y Sofía Balbi , casada con el uruguayo Luis Suárez, quienes tenían una tienda de zapatos.
En mayo de 2017 anunciaron el lanzamiento de la firma de calzado Sarkany Barcelona, de la mano del empresario Ricky Sarkany, y parecía que el negocio de ambas estaba destinado al éxito, debido a que la ubicación de la tienda estaba en un lugar bastante concurrido y porque sus respectivos esposos se dieron la tarea de promocionar la marca.
Pero antes de cumplir los dos años en el mercado, ambas decidieron dejar el negocio, debido a que era más el dinero que estaban perdiendo que el que entraba a sus arcas.
No sé estar sin trabajar, lo necesito porque aunque sea madre no quiero perder mi identidad como mujer trabajadora ni mi independencia. Hay muchos proyectos pero tengo que encajar las cosas para seguir trabajando siempre y pasar el mayor tiempo posible con los niñosMuchos de los negocios no llegaron a los tres años de vida.Antonella Roccuzzo y Sofía Balbi tuvieron una pérdida de $174,43.00 en su negocio de zapatos.Roccuzzo y Balbi tienen una sociedad llamada Roccbal 109.