El Real Madrid pasó apuros en el Allianz Arena. Algunos detalles esporádicos, apariciones concretas y la ausencia de efectividad del Bayern Múnich dejan al equipo de Zinedine Zidane con pie y medio en la final la Liga de Campeones de Kiev.
El conjunto dirigido por el técnico francés sobrevivió con tres nombres: Marco Asensio, Marcelo Vieira y Keylor Navas. Sin embargo, los tres sufrieron sus particulares pájaras que ocultaron gracias a instantes brillantes que un año más dejaron al Bayern tocado.
El Real Madrid comenzó mal el partido. Timorato, algo miedoso, demasiado encerrado y fallón en los pases. Los hombres de Zidane hicieron lo peor que se puede hacer en un escenario como el Allianz Arena, un volcán deseoso de venganza por las afrentas que recibió de su rival en temporadas pasadas.
El error del Real Madrid
Sin embargo, curiosamente, cuando el Real Madrid por fin agarró la pelota, un error de Marcelo tras dar la pelota a James Rodríguez, inició una posible tragedia. El colombiano no perdonó con un gran pase a Joshua Kimmich y el lateral del Bayern Múnich batió a Keylor Navas.
El portero costarricense cometió también su fallo en esa misma jugada. Intuyó un centro, se tumbó hacia un lado, y la pelota entró por el contrario. Kimmich fue muy listo y engañó al portero del Real Madrid, que, después, como Marcelo, arreglaría su error.
El primero en redimirse fue el lateral brasileño. Justo antes del descanso, enganchó una volea desde fuera del área inapelable para el portero del Bayern. Marcelo, como en octavos ante el París Saint-Germain y como en cuartos contra el Juventus, se apuntó su gol. Más bien, un golazo.
La segunda mitad del partido
En la segunda parte apareció Asensio. Sustituyó a un desdibujado Isco Alarcón. Y, como en muchas otras ocasiones, el centrocampista del Real Madrid aportó electricidad desde la zona izquierda del centro del campo.
Asensio fue determinante en el marcador. Apareció justo a tiempo para salir como una bala en un contragolpe y volver a marcar con un zurdazo inapelable. El 1-2 ponía al Bayern contra las cuerdas y al Real Madrid cerca de la final. Había la posibilidad de rematar la faena, pero el equipo de Zidane se arrugó.
El sustituto de Isco frenó su ímpetu. Ofreció alguna cabalgada más, pero todas ya estériles. Por lo menos, se olía el peligro cuando cogía la pelota. Sin embargo, el Real Madrid estaba a otra cosa. Tal vez, algún contragolpe podía aumentar otra vez el marcador. Pero era mejor aguantar el resultado y no sufrir un empate.
Entonces, apareció Keylor Navas. Fue la segunda redención de la noche. Primero, molestó a Thomas Müller cuando el delantero alemán tenía todo a favor para marcar; y después salvó a su equipo con un paradón a Franck Ribery. Se echó encima del francés cuando estaba delante y sacó una pelota complicadísima.
Entre los tres, consiguieron desquiciar al Bayern. Por momentos, se mascó una mala noche para el Real Madrid en el Allianz Arena. En menor medida Asensio, y más Marcelo y Keylor, fueron capaces de ofrecer dos versiones.
Todos tuvieron el acierto de renacer a tiempo para dirigir a su equipo hacia una probable final. El eléctrico Asensio, el oportuno Marcelo y el salvador Keylor se apuntaron a otra fiesta europea del Real Madrid, que paso a paso olisquea de cerca su decimotercera Copa de Europa.
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