Ni siquiera el nacimiento de su hija interfirió con la preparación de Gennady Golovkin para su combate de peso medio frente al mexicano Saúl Canelo Álvarez.
Golovkin daba los toques finales a su entrenamiento la semana pasada, dentro de su campamento en las montañas del sur de California, cuando llegó desde Los Ángeles la noticia de que su esposa estaba dando a luz. La pareja tenía ya un hijo.
El entrenador Abel Sánchez autorizó que Triple G Golovkin se marchara al hospital, pero el kazajo decidió no interrumpir su preparación para lo que podría ser la pelea que defina su carrera.
"Me dijo, 'entrenador, el bebé va a nacer, esté yo ahí presente o no. Yo debo entrenar", afirmó Sánchez.
La niña nació cuando Golovkin cerraba su sesión de entrenamiento del viernes en Big Bear. Pudo estar al lado de su esposa y su hija recién nacida al día siguiente, si bien el miércoles se negó a responder preguntas sobre el nacimiento.
"Por favor, no hagan preguntas sobre mi familia", pidió Golovkin. "Sólo preguntas relacionadas con el boxeo".
Una gran cantidad de preguntas sobre boxeo mantuvo al púgil ocupado al reunirse con un grupo de reporteros para conversar sobre una pelea que muchos ya comparan con los grandes enfrentamientos del pasado en la categoría de los medianos. El ex medallista olímpico de plata y la estrella mexicana de mayor renombre se verán las caras el sábado por la noche en un choque dentro de las 160 libras que se ha venido gestando por años.
Para Golovkin, la pelea en el T-Mobile Center de Las Vegas es una oportunidad de finalmente surgir como una superestrella para el público en general, no sólo para los fanáticos más avezados que de antemano lo consideran el mejor en el boxeo actual.
Sin embargo, el combate también se está tornando el más desafiante de su carrera, uno que no deja margen para las distracciones, ni siquiera cuando se trata del nacimiento de una bebé.
"No es un juego, es una pelea", recalcó Golovkin, de 35 años. "Uno puede volver a casa o terminar en el hospital. Es peligroso, y todo mundo comprende eso".
Golovkin se mostró jovial en su encuentro con los reporteros, algo que Sánchez atribuyó al hecho de haberse convertido en padre por segunda vez y a comprender que está a días de sostener la pelea más relevante de su carrera. El kazajo lució risueño, bromeó y habló sobre lo que espera de una pelea que ha pretendido por más de dos años.
"No es una pelea fácil para él ni para mí", declaró Golovkin. "Creo que la segunda mitad será una locura, como una pelea callejera".
Ambos peleadores se mostraron muy profesionales después, en la última conferencia de prensa antes del combate. La discreción ha antecedido a lo que se espera sea una pelea de mucha acción.
El pleito pone frente a frente a un duro golpeador como Golovkin, que registra 33 nocauts y se mantiene invicto en 37 combates, y a Álvarez, cuya única derrota en 51 peleas fue ante Floyd Mayweather Jr.
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