¡Karate! Más que un deporte, un estilo de vida saludable
Alumnos del Dojo Karate OGKK Don Bosco comparten como esta disciplina les ofrece mantenerse en forma.
En la cuarta entrega de este especial sobre el karate y sus bondades, familiares del Dojo Karate OGKK Don Bosco dan testimonio sobre como esta disciplina los ha fortalecido mediante los entrenamientos que reciben cada semana.
Especialistas dan cuenta que practicar este deporte fortalece el corazón y retrasa la pérdida de flexibilidad de los vasos sanguíneos, además de equilibrar la presión arterial y la circulación sanguínea.
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Al respecto, Lilibeth de La Lastra, madre de Emily Miranda, de 9 años de edad, manifestó que efectivamente el karate es para su hija.
Está segura de esto, puesto que ella lo disfruta. Recuerda que cuando arrancaron los entrenamientos, en marzo de 2022, pasaron meses de pruebas y aunque se le exigía rendimiento, a Emily le gustó, pues se mantiene en forma y eso le ayudó a controlar el peso.
Actualmente, Emily cursa el cuarto grado en la Escuela Don Bosco y comprende que tiene un compromiso con sus deberes escolares.
Afortunadamente ha ido a tres combate, en los dos primeros ganó experiencia y el tercero se alzó con el primer lugar en su categoría. Eso sucedió en noviembre de 2022.
De La Lastra afirmó que Emily es cariñosa, respetuosa, hiperactiva, obediente, pero que con el karate se ha disciplinado mucho más. Es por eso que admira a su sensei y ha expresado que no se ve en otro dojo.
Una combinación perfecta entre el karate, la música y el altruismo
Otro papá que se ha quedado sorprendido con las bondades del karate es Abdiel Jurado. Su hijos llegó al Dojo Karate OGKK Don Bosco hace más de un mes.
Recuerdan que fue un sábado, por referencia de unos sobrinos que participan del dojo, pero en el grupo de los "pequeniñes".
El señor Abdiel recuerda que ese primer día fueron por información, pero el sensei Edwin Villareal invitó a Lucas Andrés a quedarse a ensayar. Él aceptó el reto.
Curiosamente, aunque la práctica arrancaba a las 3:00 p.m. ellos estaban desde las 12:00 p.m. en el Instituto Profesional y Técnico Don Bosco.
La jornada fue bien intensa, sudaron muchísmo. Su padre pensó no iban a regresar del agotamiento, pero sorpresivamente Lucas Andrés estuvo entre los primeros en llegar al dojo el lunes siguiente. En efecto, el karate le permite mantenerse activo y saludable.
Este karateca de 13 años de edad estudia el séptimo grado en el Instituto Bilingüe Eliel. Es el segundo de tres hermanos y su padre lo describe como muy sociable, cooperador y protector de los más pequeños.
Paralelamente a sus compromisos escolares se ha trazado como meta aprender a ejecutar el violín, pero su padre considera que con la disciplina que le permite al karate lo puede lograr.