Preguntándole a Kárcamo acerca de las supersticiones que nuestras madres y abuelas nos enseñan desde pequeños, sobre la Semana Mayor, nos enteramos de que el luchador panameño es fiel creyente en Dios, y nos contó cómo el Señor ha sido su "salvador de vida".
El conocido como "El Forjador del Dolor" confesó que una vez "recibió" directrices "de un ángel" para salir bien librado de un asalto, que pudo terminar causándole graves daños a su integridad física.
"Una vez dejé mi celular en un taxi, en horas altas de la noche, y como necesitaba recuperarlo llamé a mi celular para que el taxista me contestara; él me dijo que me esperaría en Curundú, y yo, de ingenuo, le creí. Entonces tomé otro taxi y cuando llegué al lugar, no había nadie, todo era mentira. Cuando caí en cuenta, venía caminando un tipo hacia mí con la intención de robarme", comentó el atleta.
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Kárcamo, que para ese entonces aún no era luchador profesional, prosiguió diciendo: "Yo no me dejé robar, pero claro, hubo forcejeo y demás, y yo pensaba que iba a ser mi fin, hasta cuando escuché una voz que me dijo que me moviera hacia un lado, como dándome la salida, entonces yo corrí y vi que venía otra persona con un picahielo en la mano, y mis ojos vieron cómo el que me iba a robar terminó recibiendo la herida (puñalada con el picahielo)", relató.
Lo que sucedió aquel día, en 2003, marcó la vida del istmeño.
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"Cuando salí al final de la calle venía un taxi y, tiempo de película, el chofer me abrió la puerta y me dijo: 'Súbete'. Le escuché decir mi nombre, y después: 'No puedes estar por aquí a estas horas'. Luego, solo sé que me dejó en mi casa y yo caí en cuenta que jamás le mencioné cómo me llamaba, ni mucho menos le había dado mi dirección, entonces ahí supe que fue Dios quien me salvó", expresó.
La figura de la Global Wrestling Evolution (GWE) destacó que "no llevo una vida cristiana como tal", pero "trato de vivir con mucha fe". Además, resaltó que los creyentes siempre "debemos honrar a Dios y tomar nuestro tiempo para agradecer".
'El Forjador del Dolor' agradece a Dios.
2006
fue su debut como luchador.
Debemos honrar a Dios y tomar nuestro tiempo para agradecer.
Estos días de Semana Santa los aprovecho para hacer algunas cosas del trabajo, me quedo en casa, y claro, uno siempre piensa y agradece por lo que hizo Dios, a través de su hijo, con nosotros, es algo que uno debe tener presente siempre y no solo en estos días de Semana Santa.
36
años tiene el luchador istmeño.
13
años lleva como luchador profesional.