El luchador panameño Kharma se ha ganado el respeto de todos sus colegas dentro y fuera del cuadrilátero, ya que con sus manos crea obras de artes que dejan a muchos con la boca abierta.
Y es que Kharma es en la actualidad uno de los mascareros más cotizados del país, al satisfacer las exigencias de colegas al nivel nacional e internacional.
"En esta profesión ya tengo ocho años. Mi mentor fue el Guapo Siniestro. Él fue una persona que me ayudó mucho, sin ningún tipo de egoísmo. Él me regaló los primeros moldes y telas para hacer mis primeras máscaras", manifestó Kharma, quien tiene 11 años de carrera como luchador profesional.
"Viajé a México para que me enseñaran Nenuco y Kendo", agregó.
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Entre risas, Kharma indicó que él fue su primer cliente y cuando se sintió con mayor confianza le trabajó a luchadores como Lince, Tirano y Marabunta.
"Cada máscara o indumentaria que hago tiene algo de mí, porque uno conversa con el cliente y se van uniendo las ideas. Me llena de mucho orgullo cuando el cliente queda satisfecho. Trato de ser perfeccionista en lo que hago. Es una sensación especial", manifestó Kharma, quien también hace mallas, trusas, espinilleras y butargas.
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"He tenido clientes de Costa Rica, Guatemala y Colombia, mientras que en Panamá tengo a luchadores como King SheMc, Valeck Cuervo y Blue Diamond Thunder", agregó.
Kharma destaca que una máscara profesional puede durar de cuatro a cinco horas para confeccionarla y tiene un costo de 60 a 70 dólares, mientras que las semiprofesionales cuestan $40.
"En Panamá no hay una gran gama de telas, por lo que he tenido que traer de México y Japón", destacó.
"Ahora con el coronavirus también estoy confeccionado mascarillas. Gracias a Dios me ha ido bien, porque me ha ayudado para vivir en estos meses", finalizó.
El primero fue Guapo Siniestro.
28
años tiene el luchador.
Me llevo muy bien con los otros artesanos en Panamá. Conversamos y nos ayudamos. A todos los estimo y respeto.
Cada máscara o indumentaria que hago tiene algo de mí, porque uno conversa con el cliente y se van uniendo las ideas. Esto me llena de mucho orgullo cuando el cliente queda satisfecho. Trato de ser perfeccionista en lo que hago. Es una sensación especial.
11
años tiene de luchador profesional.
8
años tiene de trabajar como mascarero.