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¿La tecnología ayuda a mejorar el deporte?
Aficionados de deportes como el fútbol reclaman un mayor acierto de los colegiados pero por su propia buena obra.
Si hay un debate que se repite una y otra vez en los últimos años, ese es el que aúna a deporte y tecnología. Críticos y postulantes a favor de que la tecnología siga su curso lógico y se introduzca cada vez más en las diversas modalidades deportivas, se enfrentan de forma verbal para decidir quién de los dos bandos lleva más razón. Mientras tanto, profesiones como la de los árbitros continúan sin las ayudas que requieren para desempeñar mejor su trabajo. El ser humano, como proclama el anuncio, es extraordinario. Aficionados de deportes como el fútbol reclaman un mayor acierto de los colegiados pero por su propia buena obra, mientras por otra parte una sección del mismo gran público se niega a que la tecnología realice su efectiva entrada en el deporte. Esta historia se repite de forma continua, al mismo tiempo que otras modalidades como el tenis o el fútbol americano son más leales gracias al apoyo externo de la tecnología. En el fútbol la única ayuda que existe de este estilo es la comunicación entre el conjunto arbitral, por medio de interfonos. Pero la ayuda verdadera en la decisión de jugadas dudosas viene con la line goal technology y el afamado VAR. ¿Cuál es la mayor pega para implantarlo? Su elevado coste. El VAR puede suponer un gasto de 4 millones por temporada Según las estimaciones realizadas por los altos directivos de la UEFA y la FIFA, la implantación de la tecnología de videoarbitraje puede ascender a los 4 millones de euros por temporada en España. También es necesario sumar a esta cifra el sueldo de dos personas encargadas, en un puesto de comunicación, de vigilar las jugadas polémicas a través de una televisión. El VAR ya se prueba en competiciones internacionales y partidos puntuales de torneos nacionales, aunque de momento no tiene una fecha oficial de entrada en vigor. Algo parecido ocurre con la Line Goal Technology, el sistema por el cual se decide si un balón traspasa del todo la línea de gol o no. El propio balón, gracias a un chip implantado, emite una señal para avisar del gol al árbitro. Este recibe el aviso en su reloj y señaliza el tanto que sube al marcador. Esta tecnología ya se encuentra en uso en Inglaterra y se prueba en otras grandes competiciones internacionales. Es algo que se asemeja mucho al Ojo de halcón del tenis, un sistema que mejora de forma notable este deporte ya que permite a los jugadores pedirlo y decidir puntos clave del encuentro si creen que una pelota bota dentro o fuera de la pista. Una tecnología necesaria para evitar a los tramposos del deporte Como vemos, tecnología y deporte van a ir de la mano en los años venideros. Los más puristas creen en un deporte sin tanta implantación de sistemas externos, que paren el tiempo para decidir jugadas clave. Pero la realidad es que vale más perder uno o dos minutos con el fin de evitar a los tramposos, jugadores que simulan y que hacen del deporte en general un libre albedrío sin precedentes. La única pega es su alto coste, pero a medida que el sistema evolucione y se visualice que es necesario, el gasto bajará y estará más que probado.
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