Cuando la atleta Laurel Hubbard salió ayer a la plataforma en la sede de halterofilia de los Juegos de Tokyo 2020 para alzar 120 kilos, una gran expectación se intuía en el aire: ¿Subirá la primera atleta transgénero al podio?
Pero la jornada de esta neozelandesa de 43 años, que había despertado un gran interés desde que se anunció su participación, acabó antes de tiempo durante la primera prueba.
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Descalificada
Realizó los tres intentos de arranque fallidos y quedó descalificada automáticamente sin llegar a medirse en la prueba de dos tiempos. Aún así se mostró "profundamente agradecida" por la oportunidad.
"Desde el punto de vista deportivo no he cumplido con los estándares que me había impuesto y tampoco los que esperaba de mí mi país", reconoció la atleta a los medios tras no lograr los intentos de arranque en 120 y 125 kilos.
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"Sin embargo he de estar agradecida a mis seguidores en Nueva Zelanda por todo el amor y el aliento que me han dado y al Comité Olímpico Internacional (COI) por su compromiso en demostrar que el deporte es para todos, es inclusivo y esto es fabuloso", afirmó.
Hubbard no logró clasificar, pero pasará a la historia como la primera atleta transgénero que compitió en unos Juegos Olímpicos desde que el COI cambió su reglamento en 2015 para sumar en inclusividad y diversidad.
El COI permite a atletas transgénero competir como mujeres si sus niveles de testosterona, la hormona que influye en el aumento de la masa muscular, están por debajo de un umbral.
A los 23 años, Laurel Hubbard dejó las pesas en categoría masculina, pero volvió al deporte y a la competición pasada la treintena y cuando ya había realizado una transición que la convertía en mujer.
Primera deportista transgénero en unos Juegos Olímpicos.
43
años tiene Laurel Hubbard.