El delantero argentino Lionel Messi aseguró este domingo, entre lágrimas, que tanto él como su familia estaban "convencidos" de que iban a seguir en el Barcelona, al que consideró su casa, y admitió que no estaba preparado para despedirse de esta manera.
"El año pasado, cuando se armó el lío del burofax, estaba preparado, sabía lo que tenía que decir. Pero este año no. Estábamos convencidos de que íbamos a seguir aquí, en casa, era lo que más queríamos. Siempre sobrepusimos nuestro bienestar, estar en nuestra casa y disfrutando de esta vida en Barcelona, que es maravillosa", confesó entre lágrimas.
El ya exjugador del Barça compareció en el Auditorio 1899 del Camp Nou acompañado de sus esposa Antonella Roccuzzo y de sus hijos Thiago, Mateo y Cio, de la primera plantilla azulgrana y de excapitanes con los que compartió vestuario como Xavi o Puyol.
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También estaba presente el presidente del club, Joan Laporta, quien hace dos días, en el mismo escenario, explicaba que no podía retener a Messi por problemas "económicos y estructurales" que hacía inviable su inscripción en LaLiga.
A la izquierda, de la sala, los 35 títulos que ha ganado con el Barcelona. Y a las fueras del Camp Nou, cientos de aficionados culés despidiendo y honrando al '10', el futbolista más determinante en la historia de la entidad.
Dura decisión
Visiblemente emocionado y sin poder contener las lágrimas, Messi inició su alocución, que llevaba escrita en un papel, después de una larga ovación de la sala para confirmar que se va en contra de su voluntad.
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"Hoy me toca despedirme de esto. Son muchos años acá, llegué siendo muy chiquito, con 13 años, y después de 21 años me voy con mi mujer y mis tres hijos catalano-argentinos. Esta es nuestra casa", prosiguió.
"Lo di todo por este club y por esta camiseta desde el primer día que llegue hasta el último. Me voy más que conforme", afirmó Messi, quien admitió no obstante que le queda "la espinita de haber conseguido otra Champions más".