Al escuchar las palabras de "play ball", el lanzador panameño Humberto Mejía salió el viernes del "dugout"y caminó hacia el montículo del Citi Field recondando, como si fuera una película, todos aquellos pasos que dio para convertirse en grandes ligas y debutar con la organización de los Marlins de Miami.
Durante ese corto recorrido, pasó por su mente el momento cuando inició a jugar el béisbol, a los tres años, y reforzó la convicción de que familia es el motor para llegar a la Gran Carpa.
"En el momento que caminaba hacia el montículo me acordé de todo. Desde que estaba niño, cuando tenía tres años y empecé... mi sueño era lanzar en Grandes Ligas. Es que toda la vida me ha gustado lanzar", manifestó Mejía en una entrevista a día a día.
Al estar en la lomita, el metropolitano, de 23 años, admite que tuvo una carga enorme de emociones que le ayudaron a acabar con su posible nerviosismo, y la cual utilizó para hacer su trabajo como serpentino.
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"Estaba muy emocionado, pero no nervioso. Me sentía seguro de lo que iba a hacer. Es el mejor momento que he vivido", manifestó Mejía, quien el viernes se convirtió en el panameño #65 en jugar en las Mayores, luego de enfrentar a los Mets de Nueva York.
De ahí en adelante, aquel joven, que había jugado hasta clase A avanzada, comenzó a dar cátedra de valentía y coraje, al atacar con "strike" a los bateadores a los que se enfrentaba.
"Sabía que los Mets son un equipo que hace mucho contacto y 'swing'. Me dije, bueno, que salgan a batear, porque voy a lanzar 'strike'. Siempre he sido un lanzador que tira mucho 'strike'. En verdad los fui a atacar, súper agresivo, y las cosas salieron bien, gracias a Dios", señaló Mejía, quien permitió solo dos imparables un jonrón una carrera, ponchó a seis y dio una base por bola, en 2.2 episodios.
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"Ante de los partidos, siempre hay una conversación entre el 'coach' de lanzadores, el receptor y el lanzador. Ahí hablamos sobre cómo atacar a los bateadores de los Mets y le dije a Francisco Cervelli que me iba a dejar llevar por él, porque es un receptor con mucha experiencia. Eso fue lo que hice, siempre traté de hacerle caso y tirar los lanzamientos donde él me los pedía", agregó.
Ese instante hizo que Mejía recordara la eliminatoria para el Clásico Mundial de Béisbol, que se disputó en 2016, en el Rod Carew, cuando hizo batería con Carlos "Calicho" Ruiz.
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"Me sentí muy cómodo con Cervelli. Es un 'catcher' que llama a todos los 'pitcheos'. Estuve muy emocionado y contento", destacó Mejía, quien utilizó la recta de cuatro costuras, la curva, el cambio de velocidad y el 'slider'.
"Eso fue como cuando 'Calicho' Ruiz fue mi receptor en la eliminatoria para el Clásico Mundial de Béisbol, que se jugó en 2016. Con 19 años, mi receptor fue 'Calicho', y, ahora, con 23 estuve con Cervelli", acotó.
Durante su trabajo monticular, el derecho se percató enseguida de la diferencia entre las Ligas Menores y las Grandes Ligas.
Los árbitros son más finos a la hora de cantar los strikes y los bateadores son más selectivos de los lanzamientos, recalcó Mejía, quien mencionó las fallas en los dos imparables que permitió.
Con (Pete) Alonso fue un 'slider' que se me quedó en el medio, mientras con (Dominic) Smith la recta se quedó en el medio, debió ser más pegada. Solo queda seguir ajustando, mencionó.
Cuando me conectaron el primer cuadrangular, me dije: bienvenido al show. Esto va a pasar. En el momento me sonreí, no sé si salió en la televisión, pero son cosas que suceden en el partido, finalizó.
Considera que la clave del éxito fue ser agresivo con cada envío.
23
años tiene Humberto Mejía.
Don Mattingly Conversó conmigo y creo que tiene mucha confianza en lo que puedo hacer. Me felicitó por el trabajo que hice, porque nunca me vio con miedo y fui agresivo.
2013
Mejía firmó con los Marlins de Miami.
2019
jugó en la Clase A Avanzada de los Marlins.