Con 41 años, 18 temporadas en la NBA, dos anillos de campeón y una brillante trayectoria, Pau Gasol dice adiós. Y lo hace como uno de los mejores extranjeros en la historia del baloncesto norteamericano, que jamás olvidará la calidad, la clase y la pasmosa habilidad para el pase de esa imponente figura.
Su legado es a prueba de bombas. Fue nombrado Novato del Año en 2002 como jugador de los Memphis Grizzlies y se convirtió en el primer extranjero que conseguía tal logro en la NBA. Fue elegido en seis ocasiones para participar en el All-Star, el duelo entre los mejores jugadores de la Liga.
También fue designado como parte del segundo mejor quinteto de la competición (2011, 2015) y del tercer mejor quinteto (2009, 2010). Pero todos esos logros palidecen frente a las tres Finales de la NBA disputadas como miembro de Los Angeles Lakers y, sobre todo, ante los dos campeonatos obtenidos de forma consecutiva junto a Kobe Bryant y Phil Jackson (2009, 2010).
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Todo ello, junto a sus éxitos con la Selección española, le garantizan en el futuro próximo un lugar en el Salón de la Fama.
Fernando Martín puso la semilla del sueño español en la NBA en 1986 y 23 años después, Gasol lo terminó de esculpir, por partida doble, erigiéndose en figura clave de los Lakers y escudero fundamental para Bryant.
Gasol logró que lo extraordinario se viera como rutinario. Fue elegido en el tercer puesto del “draft” (sorteo universitario) -algo inaudito por entonces- y consiguió que los aficionados al baloncesto en España trasnocharan para comprobar su impacto inmediato.
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No se perdió ni un partido durante sus dos primeros años en la NBA. Debutó en “playoffs” en 2004 y confirmó, paso a paso, que se estaba convirtiendo en uno de los jugadores más completos de la Liga, con marcas imponentes en anotación, rebotes, tapones y asistencias.
Sin embargo, su talento nunca estuvo bien acompañado en los Grizzlies y la franquicia no consiguió ganar ni un solo partido de “playoffs” en las tres temporadas que lograron pasar ese umbral.
Lakers
Todo cambió en febrero de 2008, cuando el español fue traspasado a los Lakers. De inmediato, el equipo se convirtió en candidato a todo, con un Bryant encantado tras recibir el refuerzo que tanto deseaba. Ese tándem no tardó en carburar y su magnífica conexión llevó a los Lakers a la Final, donde cayeron frente a los Celtics por 4-2.
A la temporada siguiente, con la maquinaria angelina a pleno rendimiento, los Lakers alcanzaron la cima ante los Orlando Magic y Gasol se coronó como el primer español en conseguir un anillo de la NBA, algo que posteriormente también consiguieron Serge Ibaka y Marc Gasol.
En 2010 repitieron hazaña, esta vez vengándose de los Celtics en un inolvidable séptimo partido en el que el español dejó su huella con acciones cruciales en los últimos instantes.
Se convirtió en un héroe para la afición púrpura y oro.
Los Lakers buscaron el “three-peat” sin éxito, sobre todo por el frustrado traspaso de Chris Paul que habría llevado a Gasol a Houston y, posteriormente, los decepcionantes fichajes de Steve Nash y Dwight Howard.
Tras años envuelto en rumores, Gasol dejó los Lakers en 2014 y emprendió una nueva aventura en los Chicago Bulls, donde ofreció un nivel notable durante dos temporadas antes de recalar, ya con 36 años, en los San Antonio Spurs de Gregg Popovich, una etapa marcada por las lesiones.
Final
En marzo de 2019 fichó por los Milwaukee Bucks, con los que disputó tres partidos antes de dañarse gravemente el pie izquierdo. No volvió a disputar un encuentro en la NBA, pero su recuerdo ya estaba inexorablemente unido al de otras leyendas del mundo de la canasta.
Para la eternidad.