Para poder romper las barreras que separaban a la mujer del periodismo deportivo serio a Alessandra Mezquita le tocó, desde el principio, marcar sus pautas. Se negó a ser la que "daba los pases". No quería convertirse en una "figura decorativa".
"Rehusaba hacer esos roles más decorativos o de adornos en una pantalla. Decía que yo no había estudiado cuatro años para hacer esos pases, yo quería hablar de deportes, quería pararme y hablar con ellos los hombres. Dejé pasar esa oportunidad de dar los pases, y estuve un año sin trabajo", contó Mezquita, en una entrevista con día a día.
"Cuando estaban rehaciendo los noticieros de Telemetro, el productor de aquel entonces sabía que a mí me gustaban los deportes, que quería tener un rol más profundo en el tema de deportes y él me dio la oportunidad para poder entrar. No es que hacer ese tipo de funciones decorativas sean algo malo, pero no era lo que yo quería", siguió relatando la ex miss Panamá, a quien le costó lograr que la gente dejara de verla solo como la modelo que presentaba deportes.
"Al principio me asociaban directamente con eso. Tuve mi lucha de no querer ser asociada con una miss, porque sentía que eso me restaba mucho en lo que quería hacer con mi carrera. Dependía de mí marcar esa diferencia", manifestó.
Otro muro que tuvo que derribar fue el de conseguir que, por ser mujer, la tomaran "en serio", en un ambiente deportivo dominado por hombres.
"Poder lograr que me tomaran en serio fue lo que más me costó. Por ser mujer, por haber sido miss, sentía que tenía todas esas cosas en mi contra, me restaban para que me tomaran en serio. Yo literalmente quería sentarme con ellos los hombres y hablar de deportes, analizar, debatir y demás, pero no me tomaban en serio: mis compañeros, de repente los mismos deportistas, los técnicos, la audiencia. Sentía que nadie me tomaba en serio y que mi tarea era hacer el trabajo y darme a respetar para que llegaran a tomarme en serio y me hablaran temas serios del deporte", señaló.
Para ganarse "un pequeño espacio", Mezquita cuenta que le fue necesario salir a "tomar sol y sudar" a la par de los demás.
"Iba a las canchas a cada rato. Siempre estaba en algún estadio. Más que quedarme refrigerada en un estudio, cosa que pude haber hecho, a mí me gustaba estar en la calle, y sabía que lo tenía que hacer porque los jugadores, técnicos y mis compañeros tenían que verme que estaba sudada y tomando sol. Creo que ahí se empezaron a dar cuenta de que lo mío era en serio y me fueron abriendo mi espacio", sentenció a la que apodan "La mami del fútbol".
Si mis amigas dicen: 'ay, vamos a reunirnos a ver el partido', yo digo: no, gracias. Yo necesito ver el partido sola en mi casa, analizar, entender...
Mis amigas, en las fiestas o reuniones, se ponen a hablar de que si las nanas, que si los niños, que si la escuela, y yo me voy hacia el otro lado, a hablar de deportes con sus esposos.
Los sacrificios para 'ganarse un espacio' en un mundo de hombres.