El escalador escocés Rick Allen murió en una avalancha cuando intentaba hacer la cima del K2 de Pakistán, el segundo pico más alto del mundo y el más peligroso, junto al español Jordi Tosas, y el austríaco Stephan Keck, informaron hoy fuentes de la expedición.
Allen estaba intentando escalar K2, a través de una nueva ruta por la cara sureste de la peligrosa montaña para recaudar dinero para la fundación Partners Relief and Development, que provee ayuda a niños desplazados en zonas de conflicto, y de la que el montañista formaba parte.
"Rick murió haciendo lo que más amaba y vivió su vida con el coraje de sus convicciones", dijo la organización benéfica en un comunicado en el que alabó su compromiso por servir a las comunidades más pobres y vulnerables del mundo.
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De acuerdo con el portavoz del Club Alpino de Pakistán, organizador de la excursión, Karrar Haidri, "sus dos compañeros de escalada, Jordi Tosas, de España, y Stephan Keck, de Austria, resultaron ilesos".
"Estamos esperando más detalles, pero les puedo decir que Stephan y Jordi están a salvo. Ambos fueron rescatados por helicópteros del Ejército de Pakistán y trasladados a Skardu", dijo a Efe Karrar.
Allen completó en 2012 el primer ascenso completo de la cresta Mazeno, parte del macizo de Nanga Parbat en la cordillera del Himalaya, del lado paquistaní, lo que le valió un Piolet d'Or, un reconocimiento francés para alpinistas.
"La montaña salvaje"
El K2, una helada pirámide casi perfecta, es conocida como "la montaña salvaje" por lo complicado que resulta la escalada y por unas condiciones meteorológicas complejas, especialmente en invierno.
Hasta ahora poco menos de 400 alpinistas han coronado la segunda cima más alta del mundo y cerca de 90 han fallecido, desde que el italiano Achille Compagnoni lograse la primera ascensión en 1954.
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Solo este año, al español Sergi Mingote, el chileno Juan Pablo Mohr, el islandés John Snorri, el paquistaní Ali Sadpara, todos montañistas de gran experiencia, murieron en distintos accidentes al escalar la peligrosa cima.