La árbitra japonesa Yoshimi Yamashita es una de las tres colegiadas que pitarán en Catar por primera vez en un Mundial de fútbol masculino, algo que supone para ella "un sueño" y "una gran responsabilidad", según dijo en una entrevista a Efe.
Yamashita (Tokio, 1986) ha sido seleccionada por la FIFA entre los 36 árbitros que estarán en Catar, tras una dilatada trayectoria en campeonatos nacionales e internacionales, entre ellos el Mundial femenino de 2019 o la Liga de Campeones Asiática y el torneo de fútbol de los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, ambos masculinos.
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"Francamente, no me esperaba que saliera una oportunidad como esta. Siento una gran responsabilidad por participar como árbitra, y por representar a Japón y a Asia", afirma Yamashita.
Junto a ella han sido seleccionadas para Qatar 2022 la francesa Stéphanie Frappart y la ruandesa Salima Mukansanga, así como otras tres colegiadas asistentes, que marca un antes y un después en la historia del arbitraje.
Para Yamashita, arbitrar en un Mundial masculino no cambiará mucho al tratarse del "mismo deporte de siempre" en el que lleva años trabajando, aunque admite que está preparándose físicamente a conciencia para adaptarse a la velocidad del juego, además de psicológicamente para lidiar con la presión.
Entrenamiento
La colegiada entrena dos horas durante seis días a la semana, y hace trabajo mental "para poder disfrutar sin cargarse con una responsabilidad demasiado grande".
Una vez que comienza a rodar el balón, "siente más concentración que presión", según dice, y antes del partido trata de convertir esa presión en energía.
Preguntada sobre su estilo de arbitraje, destaca su capacidad de mantener la calma durante el partido, así como de tratar de "juzgar siempre del modo más correcto posible" y de advertir a los jugadores empleando el silbato, además de recurriendo a las tarjetas si lo ve necesario.
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Yamashita afirma no haber sufrido discriminación durante su carrera en Japón, donde siente "que está mejorando la situación cada vez más" en ese aspecto, aunque señala que en sus comienzos oía comentarios del tipo "Ah, sale una mujer a arbitrar", a su juicio "sin mala intención".
"Pero en la actualidad ya no suelo oír ese tipo de palabras, así que creo que es una muestra de que algo ha cambiado a mejor y de la confianza que se han ganado mis compañeras árbitras", destaca.
Ilusión
En este sentido, confía en que en el futuro "haya más mujeres que persigan sus sueños" y lleguen a ser colegiadas al máximo nivel, y aspira a contribuir a ello "dando a conocer que existen las mujeres árbitras" y "ayudando a que haya más concienciación en la familia del fútbol".
Ella misma se aficionó al fútbol por la influencia de su hermano mayor, y tras practicar este deporte en la universidad, probó a arbitrar en una ocasión a instancias de Makoto Bozono, otra colegiada nipona con la que Yamashita ha llegado a arbitrar en Tokyo 2020 o el la Champions asiática.