Con una sonrisa y cargando su perro chihuahua, estaba Andrea Delgado, de 10 años, cuando observaba ayer cada una de las delegaciones que pasaban en el corregimiento de Juan Díaz, en el desfile Un Sueño de Navidad.
La Vía José Agustín Arango estaba abarrotada de familias que compraban o llevaban su silla para observar los carros alegóricos en su recorrido, aunque el candente sol obligó a que tuvieran un paraguas a mano, mientras se escuchaba ¡Feliz Navidad!, jo, jo, jo.
Entretanto, Juan Pérez, de 45 años, quien vendía chorizos y sodas para obtener un dinero extra en el desfile, aseguró que el movimiento comercial fue normal, pues invirtió $70.00 y por el momento obtenía $40.00 de ganancia. Otros buhoneros vendían gorritos navideños a $1.50, los cuales fueron muy gustados por niños y adultos.
El desfile se inició en el estadio Rommel Fernández y finalizó con fuegos artificiales en el parque Heliodoro Patiño, corregimiento de Juan Díaz, donde hubo mucha seguridad policial y funcionarios del Ministerio de Salud (Minsa).