Miles de fieles devotos, entre ellos enfermos, adultos mayores, niños y jóvenes llegaron hasta la casa del pueblo en Natá y sentados en el piso o en colchonetas esperaban ayuda económica y un plato de comida.
Abelina González, devota de san Juan dijo que ella todos los años viaja hasta Natá a esperar ayuda de los que más tienen.
Elizabeth de Morales voluntaria, dijo que son más de cien quienes todos los años apoyan para dar alimentos a los que van a ver al santo y también agradecen a Dios por favores recibidos, ya que cantidad de gente humilde y pobre acude a esta comunidad cada 8 de marzo.
Durante la actividad, el Sistema Nacional de Protección Civil atendió más de 200 casos por golpe de calor, ningún caso grave.