La madrugada del domingo 9 de agosto pasado, 11 miembros de una familia murieron tras colapsar la casa de tambo donde residían y ser arrastrados por la crecida del río Bejuco en el corregimiento de Calovébora, distrito de Santa Fe, provincia de Veraguas.
Las casas de tambo son construcciones de vivienda comunes en áreas comarcales y rurales campesinas del país, las cuales con el transcurso de los años, han llegado a cambiar su estilo tradicional.
En la tragedia de Calovébora, la casa de tambo de la familia Ábrego, construida a unos 10 metros del cauce del río Bejuco, se desplomó cuando los adultos intentaban salvar a los niños, según explicó Carlos Rumbo, director general del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).
Rumbo comentó que de acuerdo a los seis sobrevivientes, fue una lucha de varias horas para intentar salvar a sus familiares, pero la casa de tambo se desvaneció ante el fuerte incremento de la corriente por la crecida del caudaloso río Bejuco.
Estos momentos de zozobra de la familia Ábrego también fueron descritos por el subteniente Eliécer Castillo, jefe del equipo SAR-SENAN que acudió al área de la tragedia en el helicóptero aeronaval 139 con personal de rescate.
"Los sobrevivientes estaban en la residencia y llovía en el sector cuando el río empezó a aumentar su nivel de manera súbita, entonces ellos, tratando de salvaguardar su vida y la de los menores, los subieron a la parte superior de la casa de tambo, pero producto de la fuerte lluvia y del peso, la vivienda colapsó no pudiendo salvar a estas 11 personas", expresó Castillo.
El subteniente del SAR-SENAN, precisó que estaban 17 personas en la casa de tambo, de estas 5 adultos y 1 menor de edad sobrevivieron (3 mujeres y 3 varones) y 11 murieron ( 9 menores de edad y 2 mujeres, una de las cuales tenía 8 meses de embarazo).
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Casas de tambo pueden durar entre 7 a 10 años
Para que un río se lleve una casa de tambo es porque "ha sido construida en una zona inundable", manifestó Luis Chami, residente en la comunidad de Unión Chocó, distrito de Cémaco en la comarca Emberá-Wounaan, provincia de Darién, quien cursa estudios universitarios en Edificación (Arquitectura).
Según Chami, en el caso de Unión Chocó se construye en la parte alta, aunque subrayó que hay regiones del país, donde la hacen en áreas bajas que son más propensas a inundaciones cuando viene una fuerte crecida. Agregó que por lo general las casas de tambo pueden durar entre 7 a 10 años y son construidas con Wagaras (hojas de palma) o Nawalas para techo.
Explicó que los palos que utilizan para la vivienda son los denominados Hubitas, Mandoño o Caña Blanca, mientras que como soga utilizan la llamada Piquiwa y para los pisos tablas o Jira, en tanto que los horcones (columna) son de Chunga o madera. Al respecto, indicó que las construcciones de los Emberá en comparación con las campesinas o de otros grupo originarios varía, por ejemplo, "nuestros hermanos Ngäbe-Buglé prácticamente construyen en el suelo, el piso es la tierra y alrededor construyen las paredes de la casa".
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"Las casas que hacen nuestros hermanos Ngäbe-Buglé y los Gunas, nada más tienen la tierra y alrededor lo cierran con madera o caña blanca, son más propensas a ser llevadas por el río si están cerca del cauce, ya que el agua debilita la construcción", puntualizó Chami.
En cuanto a los campesinos, manifestó que por lo general también hacen la casa prácticamente en el suelo, son de barro de tierra, siendo más propensas a que una fuerte crecida del río se las lleve. "En cambio en la comarca Emberá-Wounaan, las construcciones de tambo siempre se hacen en la parte alta, la casa se construye arriba aproximadamente a 1 metro 50 de altura, de manera que cuando viene la corriente el agua corre por debajo", precisó Chami.
Explicó que la altura de las casas de tambo es "para evitar que se inunde la parte interior de la vivienda, se hacen las construcciones arriba, de forma tal que si entra el agua no afecte tanto".
Además, añadió Chami, es importante cambiar cada cierto tiempo los postes que sostienen la casa de tambo, ya que "tienden a durar entre seis a diez años, debido a que la humedad los deteriora debilitando todo el soporte de la vivienda".
Altura de casas de tambo: contra crecidas de río y animales silvestres
Para Natalia Sarco, de la etnia Emberá-Wounaan y guía turística especialista en avistamiento de aves en la riberas del canal interoceánico, las casas de tambo en los pueblos indígenas como es el caso de los Emberá y Wounaan, "sí son seguras, dependiendo del área donde vivas".
"Hay mucha gente que se ha mudado a áreas donde desconocen qué tan fuerte puede se la crecida del río en época de lluvia y hacen las casas, ya sean de tambo o no, pero con pocos recursos, no las hacen tan firmes, y cuando viene una crecida los pilotes no soportan y se llevan las casas", manifestó Sarco.
Subrayó que la idea de los ancestros indígenas de hacer de altura las casas de tambo era justamente "para evitar que las crecidas del río llegaran a sus casas y estar seguros, además como una forma de seguridad ante los animales silvestres".
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Sarco señaló que actualmente muchos en áreas comarcales han cambiado su estilo de casa, "hay quienes le ponen madera, pero igual sigue siendo en parte alta, aunque ya hay también otros que ya dejaron de hacer un tambo y hacen en el piso sus casas de cemento.
Bocas del Toro: construcciones de viviendas con madera y zinc
En el caso del área comarcal y rural de Bocas del Toro, las casas de tambo son construidas con materiales de madera del área y lámina de zinc, cuyas dimensiones pueden ser de 30 x 30 pies o 20 x 20 pies (6 x 6 metros cuadrados), hechas sobre 12 a 15 postes que pueden tener una altura de 1.20 hasta 1.50 metros, manifestó Estanislao Thómas, ingeniero agrónomo fitotécnico, residente en la región de ÑoKribo, comarca Gnäbe-Buglé.
De acuerdo a Thómas, estas viviendas son seguras para vivir y según el tamaño, pueden soportar el peso de familias de hasta 10 miembros, además de poder tener entre 3 a 4 cuartos, cocina y sala. Los materiales para su construcción son postes de madera negro (criollo), para la viga o esqueleto se tiende a utilizar madera de níspero, cedro, laurel, zapatero, entre otros, mientras que el techo lleva lámina de zinc, especificó Thómas.
Ante los funestos hechos ocurridos en Calovébora, el Sinaproc pidió a la población residente en la orilla de los ríos y quebradas a construir sus viviendas en áreas seguras y evitar desgracias.
Crecidas de ríos en Panamá pueden llegar hasta los 10 metros de altura
En los últimos años, la magnitud de las crecidas de los ríos en Panamá han sido monitoreadas por peritos en hidrometeorología, cuyos estudios han revelado lo poderoso de las corrientes en la temporada lluviosa.
Según un geólogo que participó como consultor en la construcción de la Línea Eléctrica Panamá-Chiriquí por la compañía ETESA, "los análisis de las inundaciones en diferentes ríos caudalosos en el país, muestran crecidas de las aguas hasta de 10 metros de altura".
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En ese sentido, precisó que la altura de las aguas depende de las condiciones del terreno, "si por donde pasa el río es montañoso, profundo y angosto, el nivel del caudal puede llegar hasta 15 metros de altura; mientras que si el terreno es plano, entonces las aguas se esparcen, pero pueden llegar a tener de 1 a 2 metros de altura".
Un ejemplo de una crecida extraordinaria se suscitó el 18 de septiembre de 2007 en la región de Azuero, donde se pudo verificar con los registros de las estaciones hidrológicas ubicadas en el río La Villa, (en Macaracas y Atalayita); y en el río Parita, en la Valdesa, tomando como referencia los rastros y marcas dejadas.
Esta crecida "es la máxima histórica para esta región del país", destacó un resumen técnico del Análisis Regional de Crecidas Máximas de Panamá (Periodo 1971-2006), elaborado por la Gerencia de Hidrometeorología Panamá/Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA).
"En la estación de Macaracas, la crecida arrastró el pozo amortiguador donde se encuentran instalados los equipos registradores de niveles del río, el nivel se pudo conocer ya que dejó marcas en el puente", detalló el documento.
Igualmente especificó que "aguas abajo, en la estación de Atalayita la crecida llegó hasta el carrito de aforo, dejando rastros de basura y arrancándole el techo; también en el río Parita, en la Valdesa, la crecida llegó casi hasta el techo del pozo amortiguador, dejando una marca de donde se pudo saber el nivel de la crecida".
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