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Chinchorro, un contralor extremista
Colaboración de René Hernández González Ha muerto un patriota, un nacionalista, un comprometido con la democracia, la justicia y la libertad. Rubén Darío Carles era la figura ideal para controlar los dineros de todos durante el quinquenio 1989-1994. La situación extrema del país, luego de la invasión y la caída de los militares y su paraguas político, el PRD, hacía obligante la aparición de una persona extrema. Él y Endara conformaron el dúo perfecto, para sacar a la nación del atolladero económico. Cuando le llegaban documentos, para refrendo sobre misiones que iban a representar al país en el exterior, en la mayoría de los casos aprobaba un cincuenta por ciento de los funcionarios. Hay muchos que se creen Vasco de Gama o Sebastián Elcano, (navegantes y viajeros españoles), que solo quieren estar arriba de un avión y eso hay que pararlo, decía en aquella época. Incluso, y soy testigo de ello, no le refrendó a la Primera Dama, Marcela Endara, (hija del Presidente Endara; todavía no se había casado con Ana Mae), una lista de cuatro personas que le acompañarían a Méjico a una importante reunión sobre trabajo social. Al referirse a su relación con el Presidente Endara expresó, durante mi ejercicio como Contralor tuvimos algunos choques, él era el Presidente y yo el Contralor; no siempre teníamos que coincidir. El Contralor no está para lo que diga el Presidente, el Contralor no tiene jefe, el Presidente está para gobernar y el Contralor para fiscalizar. Eso siempre se respetó en el gobierno de Endara. Carles recuerda que su postulación, para ocupar el cargo fue hecha por el alto dirigente del MOLIRENA, Alfredo Ramírez. Cuando me ratifican Guillermo Endara me dice: esperamos que cumplas con la ley y la constitución y que contribuyas a que el gobierno, que vamos a dirigir, sea un gobierno de honestidad, de respeto a ley, de cooperación y de lucha por hacer cumplir los postulados que hemos presentado como partidos políticos. La clave de la recuperación económica del país estuvo en el cumplimiento y respeto de las leyes vigentes. Carles indica que esta situación provocó que los capitales que se habían retirado volvieran y que muchos nuevos inversionistas miraran a Panamá como el sitio ideal de sus negocios. La razón primordial es que desde mi despacho controlábamos y desde la Presidencia no se abusó del poder; teníamos a un Mandatario que no imponía su voluntad; él era un hombre que buscaba siempre la cooperación y el acuerdo, resalta Carles. Sabes, me dijo hurgando en su pensamiento, el secreto de nuestro éxito fue que el Presidente jamás me propuso nada que no fuera correcto; nosotros hicimos las cosas bien, sin esperar aplausos o reconocimientos. Endara no necesitaba plata, era un hombre honesto, sencillo, no como lo que tuvimos al frente del gobierno del famoso Cambio Democrático. Carles recuerda que una vez un grupo de amigos llegaron a proponerle un negocio de la basura; observé que detrás del tema se percibía un chanchullo por lo que decidí rechazarlo; gracias a Dios que conté con el apoyo irrestricto del Presidente Endara. Siempre me decía, haz lo correcto y que sea apegado a la ley. La gente con malas propuestas no tenían dónde quejarse; si iban a la Presidencia hasta la puerta le tiraban y en la Contraloría pasaba igual. Luego de reflexiones profundas, Carles destaca que Endara no era el tipo de personas que busca glorias. Él era un hombre muy sencillo; solo le interesó trabajar por el país. Aunque muchas veces se dijo que las decisiones de gobierno se tomaban en la Avenida Balboa, (sede de la Contraloría), insinuando que el poder estaba en la Contraloría General de la República, yo te puedo decir que yo nada más era el Contralor
¡Hombre, Guillermo era el Presidente! En asuntos de refrendo de viajes, aprobación de partidas, etc., si no se podía no se podía, así fuera la esposa, la hija o los amigos
y nunca hubo problemas por eso con el Presidente. Nunca me llamó para nada, ¡él no se metía en eso! Cuando Endara tenia trato con los norteamericanos siempre hacía respetar el derecho de los panameños. Cuando había que pararse firme, Endara se paraba firme. Los gringos no le daban instrucciones, ¡no, qué va! Fue el caso cuando quisieron meter a un poco de cubanos a Panamá y Endara no aceptó eso, dijo no, están locos. Hasta los tildó de trogloditas. Sobre la invasión y Noriega aclara, te puedo decir, que fue un hecho lamentable. Guillermo Endara había ganado las elecciones. Nosotros no podíamos resolver esto porque los militares eran muy fuertes. Noriega se metió en tanto lío con los americanos que estos tuvieron que salir de él. Él cometió muchos errores, lo inculparon de tantas fallas que cayó preso y está donde debe estar. Déjenlo tranquilo que cumpla con su pena. Yo no tuve relaciones con Torrijos, porque cuando él mandaba yo estuve exilado. ¡Qué más ofensa a una persona que expatriarlo, sacarlo de su país, eso fue lo que hicieron Torrijos y Noriega. No les guardo rencor, pero Noriega está bien preso. Mira, los maestros hicieron una huelga, el ministro de Educación, Marcos Alarcón, y muchos querían que les pagaran a los maestros lo que pedían. Yo le dije: Mira Guillermo, Alarcón quiere que le pague a los maestros un aumento, pregúntale de dónde va a sacar la plata, si él me dice de dónde va a sacar la plata, hablamos, pero si no lo sabe, la respuesta es no. Y así fue. Carles también habla de su fallida intentona de llegar a la Presidencia en 1994 así; cuando me lancé como candidato a la presidencia en el 94, ni le consulté, ni le pedí permiso al Presidente, solo presenté mi renuncia. Le dije: Presidente, hasta aquí llegamos, yo me voy, nada más. Después de eso perdimos. Yo nunca le pedí ningún apoyo y él tampoco me lo dio. Hoy creo que no debí haber aceptado eso, hombre, pero bueno, tampoco uno puede estar rehusando la responsabilidad, perdimos y ¡ya! Fue un error mío meterme en eso. No recuerdo quien propuso mi candidatura, ahora me doy cuenta que no teníamos esa fuerza para ganar una elección. Fue un error mío, no debí ser candidato Carles habla del papel de Endara en las elecciones: él procuró unas elecciones limpias. Endara no hizo nada para que no ganara el PRD, tampoco hizo nada para que ganara otro. Permitió unas elecciones libres. Nunca hubiera aceptado que alguien le propusiera hacer un fraude. ¡Quedó muy bien, perdimos, pero qué vamos a hacer! Dice Carles que muchos sobre dimensionaron el papel del Contralor al extremo de insinuar que él mandaba más que el Presidente. La gente hablaba mucha necedad
si estaba autorizado el gasto y había partida se justificaba, sino no. En nuestro gobierno no había adendas ni partidas extraordinarias, esa era la función del Contralor, ¿para qué está un Contralor?, su nombre lo dice... para controlar. La actual Contralora no controla nada, refiriéndose a Gioconda de Bianchini. Considero que Rubén Darío Carles fue extremista en sus funciones como Contralor. Esa condición obligó a mucha gente a hacer las cosas bien. Además tenía a un aliado incondicional, Guillermo Endara Galimany. Los datos recopilados de este escrito fueron el producto de una larga entrevista realizada a este personaje del gatito, donde se involucró miesposa, María Teresa y la inolvidable Querube viuda de Carles. Por fortuna conservo el audio original. (El autor fue Secretario de Prensa durante el gobierno de Endara).
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