Dos historias, un mismo dolor es lo que embarga a los familiares y vecinos de Israel Miranda, de 37 años, y Misael Javilla, de 27, los dos agentes de seguridad asesin ados brutalmente la madrugada de este lunes en el Minsa-Capsi Ricardo Martinelli Pardini, ubicado en Las Garzas de Pac ora.
A Israel, sus vecinos Isaac Conchade y Ana Venado, en el sector de San Francisco, en Las Garzas, lo recuerdan como un hombre trabajador que se dedicaba 100% a sacar adelante a su esposa y a sus dos hijos.
Expresaron que hace dos meses pasaron por este mismo dolor, cuando otro de sus vecinos, de nombre Javier Javilla, fue asesinado mientras cuidaba un local en Pacora, ya que también era agente de seguridad.
Irónicamente, Javier era familiar de Misael y los tres laboraban para la misma empresa de seguridad.
Conchade y Venado denunciaron que en su comunidad no hay carreteras, agua ni luminarias, lo que afecta sus vidas, por eso, cuando salen de madrugada para sus trabajos, es como si jugaran la ruleta rusa, ya que no saben en qué momento van a ser víctimas de los ladrones.
A pocos metros del área de San Francisco, específicamente en el sector 8 de Diciembre de Las Garzas, y a unos cuantos metros de la subestación de policía, en casa de los suegros de Misael, su cuñada Mérida García se pregunta por qué le hicieron eso si él no tenía problemas con nadie.
Él le pagaba los estudios universitarios a su esposa, Emirna García, a quien solo le faltaba un año para licenciarse en estimulación temprana en la Universidad Especializada de Las Américas.
Manifestó que ella soñaba con graduarse para irse junto con su esposo y su hija para la comarca Ngäbe-Buglé, de donde eran originarios, para ayudarlo y empezar una nueva vida.
Por cosas de la vida, Emirna estaba en la comarca cuando asesinaron a su esposo, allá esperará sus restos mortales para darles cristiana sepultura.
Tres muertes que llenan de luto y dejan dolor a esposas, además de hijos e hijas en la orfandad, por eso en Las Garzas, familiares, vecinos y amigos solo esperan que estos homicidios no queden impunes.
Claman justicia
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Jesús simmons
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