Cuidado con los abogados con 'títulos de millo', pasan pena ajena en el Sistema Penal Acusatorio
Gran parte de la culpa lo tiene el mismo profesional que se lanza sin una debida preparación y también las universidades que siguen regalando las licencias.
El Sistema Penal Acusatorio (SPA) es oralista, generalista, no requiere de formalidad.
Eso no significa que no requiera de una debida preparación por parte de los egresados de cualquier facultad de Derecho y Ciencias Políticas en la República de Panamá. Esto abarca tanto en el plano privado como el público.
El abogado tiene que estar preparado, empapado en el caso que asume como defensa. Es decir que debe llegar a una audiencia con toda la preparación técnica y académica para poder presenta una defensa activa. A su favor debe tener conocimientos en materia penal, el entendimiento para la interpretación de la norma y la teoría de la misma.
Sin embargo, ese no es el escenario que se percibe hoy en día en muchas audiencias. Lamentablemente, se ve en los pasillos, audiencias y sustentando ante jueces y fiscales, mucha improvisación.
El abogado penalista Benito Mojica considera que esto se da porque el abogado que va al Sistema Penal Acusatorio se vende como la mejor opción, promete cosas y termina causando "pena ajena" ante los jueces de garantías.
Dijo saber de casos en lo que se les termina llamando la atención al abogado, pues es un dado caso terminan invocando una norma y no es la adecuada.
Por otro lado, hay quienes también terminan revelando la teoría del caso al fiscal. Ante esta situación, si la defensa no es activa, el juzgador tiene que llamarle la atención a la defensa y queda mal ante su representado. Obviamente, el acusado debe saber que no está bien representado.
De acuerdo con el popular "abogado del diablo", esto es parte del sistema inquisitivo y eso lo tiene que hacer el juez. No obstante, algunos se limitan a actuar y a negar.
Pero en un análisis retrospectivo, Mojica considera que el problema viene de su raíz y son las universidades que le dan la licencia para esto. Puntualizó que muchos se gradúan de forma virtual, donde realizan exámenes una vez al mes y al tiempo se gradúan. "Eso es grave", puntualizó.
El especialista en derecho procesal y penalista dijo que todo abogado conocedor de esta profesión sabe que hay que seguir protocolos. Esto da pie a clientes insatisfechos, donde en primera instancia, se le pide dinero para la defensa sin cumplir con el rol de una buena defensa. Es más le hacen creer que le van a resolver todo, comentó.
Desafortudamente, este es el reflejo de las universidades están entregando títulos como quien reparte golosinas o millos. Otra manera de notarlo es que cuando se entra al SPA usted observa abogados que parecen artistas de televisión, buscan subir o posicionarse hablando mal de los colegas y quienes cobran menos.
Ante esta realidad, las personas tienen que consultar bien con su abogado hasta donde pueden llegar y no entregar dinero de buenas a primeras.
Es por eso que "hay abogados con dos años de experiencia, pero que ya están asumiendo casos de alto perfil. Prometen cielo y tierra y no se saben ni vestir. Todo es una apariencia", acotó.
Es clave que en esto, el buen abogado se rode de personas expertas, goza de un buen equipo de trabajo. En cambio los fiscales sí andan en equipo, se asisten. Paralelamente, los abogados también tienen que andar en manada.
Benito Mojica considera que a esta profesión hay que darle amor. ¿Quién pare un abogado? Las universidades. El abogado tiene que ser estudioso para toda la vida.
Curiosamente, hay estos profesionales que no tienen ni oficina y menos una secretaria que conozca de temas legales. Hasta se reúnen un restaurante de comida rápida donde exigen se le pague un combo mientras analizan el caso con el cliente.
"La calidad cuesta, pero yo doy resultado. La Universidad no está dando resultado, hay está dando profesionales bien formados. Los egresados tampoco se preocupan. Se van directo a ejercer poniendo precio y cuando están en una audiencia no saben qué hacer y empiezan a dilatar el proceso. Eso es lo que hacen los abogados con títulos de millo y por otro lado les hace falta humildad", concluyó el jurista.