Declaran dos nuevas áreas marinas protegidas en el Pacífico y el Caribe
El presidente Juan Carlos Varela Rodríguez firmó hoy los decretos que declaran la Cordillera de Coiba (Pacífico) y Banco Volcán (Caribe) como nuevas áreas marinas protegidas, convirtiendo a Panamá en uno de los países que cumple con el objetivo de las Naciones Unidas de establecer al menos el 10% de sus aguas jurisdiccionales como zonas bajo protección especial.
Varela indicó que la declaración de las dos nuevas áreas marinas protegidas contribuye a la conservación de las zonas de montañas submarinas, importantes para las especies residentes y las altamente migratorias, las cuales generan otros bienes y servicios para beneficio de todos.
El mandatario destacó que las zonas de montañas submarinas dentro de las áreas protegidas representan un oasis en aguas de mar abierto porque ayudan a garantizar el funcionamiento de los ecosistemas, la protección de especies que van más allá de las fronteras panameñas, así como de especies migratorias importantes para la pesca y la recreación.
Explicó que con esta medida Panamá cumple con una de las Metas Aichi, o metas globales para la diversidad biológica, la cual establece que los países deben declarar al menos el 10% de sus zonas marinas y costeras, como sistemas de áreas protegidas administrados de manera eficaz y equitativa.
Durante la firma del decreto, el presidente Varela expresó que con este compromiso hacia la conservación de los océanos, Panamá resalta su voluntad de aportar al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la agenda global post 2015.
Uno de estos ODS es específico sobre el tema marino, y señala que hay que conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
En tanto, la ministra de Ambiente, Mirei Endara destacó que con estas dos nuevas áreas marinas protegidas, que suman un total aproximado de 31,435 kilómetros cuadrados, Panamá aumenta su superficie bajo áreas de manejo y protección, de 3.7% a 13.5% de sus aguas jurisdiccionales.
Endara también manifestó que las montañas submarinas declaradas como áreas marinas protegidas albergan una gran biodiversidad que por muchos siglos fue desconocida totalmente, y que si bien los estudios científicos nos han proporcionado la información que hoy día tenemos, falta mucho por descubrir en cuanto a las especies que allí habitan.
Algas, corales, esponjas, moluscos, crustáceos, equinodermos, peces y otros más están entre los habitantes de estos fondos marinos que aún muy poco conocemos.
La titular de Ambiente declaró que estas formaciones geológicas únicas que se encuentran bajo el mar, generan unos paisajes de belleza extraordinaria y desempeñan un papel crucial en el ciclo de vida de muchas especies altamente migratorias como ballenas, tortugas marinas y tiburones, así como especies de valor comercial, como el atún, entre otras. La abundancia de plancton, nutrientes y alimento en general hace de estas áreas en medio del mar, el lugar para que esas especies migratorias se alimenten, apareen y reproduzcan.
La ministra Endara agradeció al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), destacando la labor de los doctores Héctor Guzmán y Juan Maté, por la generación de la información necesaria para la creación de estas áreas marinas protegidas y el seguimiento y apoyo dado durante el proceso.
Por su parte, el director del STRI, Dr. Matthew Larsen indicó que el Smithsonian está orgulloso de proporcionar la información científica necesaria para esta importante decisión del Gobierno de Panamá, que contribuye a la conservación de los recursos marinos de aguas profundas.
La Meta Aichi No.11 establece que al menos el 10% de las zonas marinas y costeras, especialmente las que revisten particular importancia para la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, se conservan por medio de sistemas de áreas protegidas administrados de manera eficaz y equitativa, ecológicamente representativos y bien conectados y otras medidas de conservación eficaces basadas en áreas y, están integradas en los paisajes terrestres y marinos más amplios.
La decisión convierte a Panamá en uno de los países del mundo en cumplir con la meta de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas, que establece que un mínimo del 10% de las aguas marinas y costeras de un país sean protegidas para el año 2020, ya que con estas declaratorias el país alcanza un 13.54% de esta cobertura.