Del amor a la muerte
Autoridades aseguran que hay muchos hombres panameños que no saben querer a las mujeres, piensan que son de su propiedad. Todo se inicia desde la niñez.
La muerte de 16 mujeres por femicidio y seis casos en investigación son una alerta.Solo la semana pasada se cometieron dos asesinatos de féminas con el común denominador de que sus hijos estaban cerca del hecho y que tenían 21 años. Liriola Leoteau, directora general del Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), aceptó que la entidad no cuenta con el prepuesto para lidiar con la situación, pues este es solo de $2 millones para todos los programas, y eso no funciona para dar seguimiento a los casos.Confirmó que no hay una relación directa entre el Inamu y la Policía Nacional (PN), eso hace que las boletas de protección se queden sin función dentro de las carteras de las afectadas. Leoteau instó al Ministerio de Educación a inculcarles mejor a los niños para que al crecer respeten al sexo femenino y exigió al Ministerio de Seguridad Pública para que agilice el proceso de los brazaletes electrónicos y dar mayor protección a las féminas. En mayo pasado, la licitación de estos brazaletes fue suspendida. En tanto, Calixta Arroyo, asesora legal de Inamu, confirmó un aumento de las cifras de atención a mujeres que llegan a pedir ayuda legal. Durante los primeros cinco meses de 2015 se han dado 230 atenciones y en 2014 llegaron a unas 100. Recalcó que un porcentaje de ellas, después de recibir la asesoría legal, desiste de poner la denuncia por temor a represalias. Huérfanos y más... El agresor sabe dónde está su víctima, pero ella no lo sabe, esto es la primera prueba, la crónica de una muerte anunciada, aseguró la profesora Ania Peralta, quien forma parte del equipo de trabajo del Inamu. Con la muerte de mujeres se están dejando familias enfermas; son niños que quedan huérfanos y abuelos que se encargan de ellos, la mayoría con bajos recursos económicos. En una semana, seis niños quedaron sin madre; una de las víctimas tenía tres meses de gestación. En ambos casos, los agresores están prófugos.