Residentes, vecinos y familiares de la barriada Villa Nazareth, distrito de Atalaya, en la provincia de Veraguas, piden a gritos la intervención de la gobernadora Ildemarta Riera y del ministro de Seguridad, Frank Ábrego para que tome los correctivos pertinente sobre la mala conducta del cabo Asprilla, quien es miembro del Servicio Nacional de Fronteras [Senafront].
Y es que pese a las quejas que se les ha elevado a sus superiores, no es digno de mejorar su comportamiento, como miembro de una institución que debe ser el ejemplo.
La unidad mencionada, en su tiempo libre, ha tenido varias denuncias ciudadana frente a las autoridades competentes, porque mantiene música de todo tipo a elevados decibeles durante el día y noche. También, a la vista pública mantiene una bebedera de licor en presencia hasta de los niños que viven en el sector.
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Se informó que cuando se han hecho las quejas ante las autoridades como la Alcaldía de Atalaya y de la jueza de paz del corregimiento de San Antonio, pareciera que todo queda hasta allí.
Este medio conoció que en dos ocasiones el propio capitán Caballero, de Asuntos Internos del Senafront, viajó hasta Villa Nazareth para atender las quejas del vecindario y para hacerle el llamado de atención a este miembro de la institución policial, pero ha sido en vano, porque no ha dado muestra de mantener ser un agente del orden y la paz social.
Según los afectados, no es posible que el cabo Asprilla, no le interese el dolor ajeno de sus vecinos con quebrantos de salud, otros encamados y hasta fallecidos. Alegan que este uniformado se cree que es el "Súperman" de la barriada.
La Policía Nacional, en Atalaya, ha ido en varias ocasiones hacerle el llamado de atención, pero le entra por un oído y le sale por el otro.