En medio de una protesta organizada por la Coordinadora Ciudadana para impedir el traslado del segundo motor que será utilizado para la ampliación de la termoeléctrica de La Chorrera, este sábado se produjo una represión inhumana por parte de unidades antimotines de la Policía Nacional hacia quienes están en contra de la ampliación de la obra.
En principio, la empresa PanAm Generating había programado el traslado de los nuevos motores de la planta termoeléctrica en horas de la madrugada, sin embargo, una fuente confiable subrayó el hecho de que ya se contaba con el apoyo gubernamental, por lo tanto el costoso equipo comenzó a trasladarse a pleno día, desde horas de la mañana del viernes 23 de octubre, de manera furtiva.
En tanto, este sábado, la empresa termoeléctrica continuó con el traslado del segundo gigantesco motor desde Puerto Caimito hasta un depósito ubicado cercano al hospital Nicolás A. Solano, en La Chorrera, donde llegó un número plural de miembros de la Coordinadora Ciudadana de La Chorrera para impedir el desplazamiento del equipo.
Para sorpresa de los residentes del corregimiento de Barrio Colón y Playa Leona, cuyos límites son compartidos por el depósito en cuestión, no esperaron jamás ver a miembros de la Policía reprimir a sus propios vecinos tan agresivamente.
El abogado y miembro de la Coordinadora Ciudadana de La Chorrera, Raúl Ossa, manifestó que este es un gobierno mentiroso porque está totalmente parcializado a favor de la empresa termoeléctrica, y lo que vino a prometer en el Consejo de Gabinete celebrado en días pasados en este distrito es una farsa sin precedentes en la historia patria.
El jurista comentó que es triste que la Policía haya reprimido a los ciudadanos bajo las órdenes directas del presidente de la República, Juan Carlos Varela, y el ministro de Seguridad Pública, Rodolfo Aguilera.
Raúl Ossa, quien encabezó la protesta para impedir el traslado de los motores de la planta termoeléctrica hacia Río Congo, afirmó: Me tiraron contra el piso de la calle, pero no me quejo, ahora estoy llegando al hospital Nicolás Solano, donde hay personas con mayores problemas de salud que yo, producto de la brutal agresión policial.