Las lágrimas eran inevitables en el rostro de familiares del cabo 1ro post mortem Abel Ábrego, del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), quien murió producto del COVID-19 momentos en que sus cenizas fueron entregadas a sus familiares en la comunidad de El Pantanal, en finca 4 Changuinola, provincia de Bocas del Toro.
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Un grupo de unidades de Senafront, acompañados por funcionarios de la presidencia de la República entregaron a los familiares del sargento sus cenizas, lamentando el fallecimiento de este joven que perdió la vida en el cumplimiento del deber en la provincia de Darién.
Un lucha y un compromiso de todos
El cuerpo del sargento fue cremado debido a su fallecimiento por el COVID-19 y entregado en cenizas a su madre, quien a través de su llanto se aferraba a la caja que guardaba las cenizas de su hijo al que un día vio salir a cumplir con su deber, sin saber que nunca lo volveria a ver.
El equipo de presidencia que acompañó a las unidades de Senafront realizaron una evaluación a las condiciones en que vive la familia de la unidad fallecida ya que existe por orden del presidente de la República Laurentino Cortizo Cohen que se le brinde la ayuda necesaria.
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Abel Ábrego se destacó por ser un hombre de disciplina con más de cuatro años dentro de la fuerza pública, a quienes sus compañeros han descrito como una persona con sueños y metas siempre preocupado por su familia que vivía en esa comunidad tan apartada de Bocas del Toro.
Sus compañeros, amigos y todo un país lamentó su fallecimiento, ya que Abel Ábrego a quienes denominaron un héroe sin capa, no pudo quedarse en casa porque su compromiso era servir al país, pero perdió la batalla cuando el COVID-19 lo alcanzó en el cumplimiento de su deber.