Mientras se mantiene la alerta roja por el mal tiempo en la provincia de Veraguas, será difícil la decisión de regreso a clases en las escuelas sobre todo las que han sido fuertemente impactadas, por los deslizamientos de tierra, inundaciones o que en estos momentos sirvan de albergues a la población donde familias enteras han perdido todo y están en los centros escolares, así lo indicó Ildemartha Riera, gobernadora de la provincia.
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) registra un total de 402 personas afectadas por los embates de la naturaleza en mas de 15 días de constantes y fuertes lluvias, 223 están los siete albergues, unas 89 viviendas que se han perdido se han registrados un total de 109 deslizamientos y cuatro escuelas colapsadas.
Riera informó también que desde el sábado se iniciaron los traslados de alimentos y enseres hasta medicinas, vía aérea a unas cinco comunidades apartadas del distrito de Cañazas y parte de la Comarca Ngäbe Buglé donde es imposible el acceso en estos momentos por vía terrestre por que los deslizamientos de tierra y ríos crecidos entre ellos el San Pablo se mantiene con elevados niveles en su caudal igual que las quebradas.
Abdiel González, miembro del Sistema Nacional de Protección Civil, en Veraguas, dijo que apenas las lluvias este domingo han empezado a cesar, pero hay que esperar un poco y aún se analiza cuando podría ser el retorno a clases en las escuelas en los distritos donde los embates de la naturaleza ha sido mayor, como Mariato, Soná, Las Palmas, Santa Fe, Calobre, Cañazas y San Francisco.
María Pimentel, directora regional del Ministerio de Educación, en Veraguas, explicó que la decisión de regreso a las escuelas está en los estamentos de seguridad que componen el COE y no del MEDUCA para no exponer la vida de los estudiantes ni de los docentes.
Comentó que hay toda la disposición de los maestros, profesores y padres de familias, pero hay un riesgo latente y es importante esperar a que haya esa seguridad.
En el COE, en la región veragüense, se informó que hay una ligera mejoría en las condiciones climáticas, pero los suelos tienen una extremada saturación de agua, lo que hace que no se puedan hacer algunas actividades.
Las autoridades analizan las posibilidades de que las escuelas en las áreas urbanas, donde no se han tenido afectaciones significativas, las clases pueden reanudarse incluso usando la tecnología y así avanzar.