El programa Escuela Feliz, impulsado por Cobre Panamá, nació para enfrentar un reto concreto: garantizar que niños de comunidades con mayores limitaciones tengan acceso a una alimentación nutritiva que apoye su rendimiento escolar.
Este proyecto es posible gracias a los recursos que genera la exportación del concentrado de cobre, mostrando de manera clara cómo la minería responsable puede traducirse en beneficios reales y tangibles para las comunidades panameñas.
Hoy, los resultados son visibles. El programa alcanza 43 escuelas en Colón y Coclé, con más de 86 mil libras de alimentos distribuidos, incluyendo 25,567 libras de arroz, 15,304 libras de legumbres y 45,148 libras de proteína, beneficiando directamente a miles de estudiantes y sus familias.
Escuelas como Las Lajas y El Valle de Santa María se han incorporado al programa, mientras que comunidades como La Honda y la Junta Local de Cermeño también han recibido donaciones de alimentos. De esta manera, el impacto del proyecto se extiende más allá de las aulas, alcanzando a hogares y organizaciones locales, y reforzando el bienestar de las familias.
“Con Escuela Feliz, no solo garantizamos la alimentación escolar, sino que apoyamos directamente el aprendizaje, la asistencia y la salud de miles de niños en nuestras comunidades. Este es un ejemplo de cómo los aportes de la minería responsable se traducen en bienestar y oportunidades”, destacó Maru Gálvez, Gerente de Relaciones Públicas de Cobre Panamá.
Gracias a su acogida y resultados, el programa continuará expandiéndose, priorizando a las escuelas con mayores necesidades. Escuela Feliz de Cobre Panamá demuestra que los ingresos de la minería responsable no se quedan en cifras: se transforman en alimentación diaria, en mejores condiciones para aprender y en la esperanza de un futuro más digno para miles de familias panameñas.