“Eso es un juguete y se usa en la casa”, le gritó un taxista al comunicador social, Stevens Joseph, tras verlo usar su scooter, un transporte alternativo que promete reducir la cantidad de viajes innecesarios en auto en las calles de la ciudad y mejorar la calidad del aire.
Aunque tiene licencia de conducir, Joseph prefiere movilizarse en scooter, por los beneficios antes descritos; de hecho, se ha trasladado así para ir al supermercado, a reuniones importantes, a viajes por Costa del Este y Calle 50 e incluso desde la Cinta Costera hasta la 5 de Mayo.
Como le apasionan los scooters desde los nueve años, logró conseguir uno propio en febrero de este año (fue un regalo de cumpleaños de su novia), y desde entonces “su vida ha sido mucho más fácil”: ahorra en gasolina, tranques, no gasta en taxi ni buses y además se siente bien al usar un vehículo que aporte al medioambiente. Aparte, no ve reflejado un gran aumento en el pago de la electricidad al cargar su scooter en su apartamento.
Como Joseph, existen muchos otros ciudadanos que ven en el scooter un transporte favorable. En lugares como Causeway de Amador, Cinta Costera y Costa del Este es común ver el uso de este transporte alternativo, sin embargo, fuera de estas zonas, que sí poseen en su mayoría aceras e infraestructura, ¿tiene futuro el uso del scooter más allá de una diversión?
“Mientras más personas utilicen scooters o micromovilidad, a futuro se puede, solo hay que desarrollar un plan, las grandes ciudades ya lo están haciendo. El futuro es ahora”, dijo Joseph.
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El empresario Mayer Mizrachi, quien estuvo detrás de la creación del proyecto de Ley 162 que incentiva la movilidad eléctrica considera que los scooters sí son funcionales, pero no es tan conveniente cuando hay una infraestructura pobre de aceras en este país.
“Panamá tiene un problema fundamental y básico de infraestructuras, además no hay educación ni consideración por parte de los conductores. Las aceras de nuestro país son tan pequeñas en comparación con otros países donde se brinda el servicio de alquiler de scooter”, compartió.
De hecho, Mayer, al igual que Stevens ha usado scooter. Ha viajado de Punta Pacífica al Casco Antiguo, pero su viaje no fue del todo bueno, según él, porque lo único que pudo disfrutar fue cuando pasó por la Cinta Costera, ya que precisamente es el único lugar que tiene un tramo para el paso de bicicletas y scooters, pero en Paitilla y San Felipe fue peligroso y no se sintió cómodo.
“Lo veremos en todo el país”
Para Osiris Gratacós de Alvarado, cofundadora de la Fundación Educación Vial, la micromovilidad sí llegó para quedarse, ya que con el poco espacio que utilizan los scooters y lo fácil que es desplazarse evitando el congestionamiento vehicular, este movimiento seguirá implementándose. “Ahora lo vemos solo en la capital, pero seguramente más adelante lo veremos en todo el país, porque son muy versátiles y económicos”.
Según Gratacós, los desafíos más importantes para los scooters son las infraestructuras y principalmente sensibilizar a los funcionarios que toman decisiones para iniciar con los cambios, por ejemplo, rediseñar las vías y tener consideración para tener aceras que sean de 1.5 o 2 metros de ancho, que terminen en rampa y segregadas de la vía de la calzada.
“Nosotros hemos hecho varios intentos de acercamiento con el alcalde de Panamá, José Luis Fábrega para hablar sobre la movilidad, pero no lo hemos logrado, estamos en esa gestión esperando a que se haga”, agregó.
Por otro lado, un punto positivo que Gratacós rescató es que como fundación, este año asistieron a la reunión sobre panameñización del Plan Mundial del Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, donde se habló con mucha intensidad sobre las infraestructuras, ya que la tendencia en el mundo es definir espacios importantes para este tipo de micromovilidad y otros espacios para los vehículos a motor, y así de esta manera, las personas no pierdan la vida en un siniestro vial.
Falta cultura
La falta de cultura (o el desconocimiento), se vio reflejado desde el primer día de la circulación de scooters en algunas partes de la ciudad. De acuerdo con Gabriel Menasche de Chiva Scooters S.A., una empresa que lleva año y medio brindando el servicio de alquiler de scooter en Panamá, algunas personas desconocían el servicio de alquiler de estos vehículos, los veían estacionados y se los llevaban a sus casas pensando que no tenían dueño, sin embargo, en cada situación de hurto han logrado recuperar los scooters porque cada uno tiene GPS.
Cada vez que ocurre un incidente de hurto, Chiva Scooters hace la denuncia en la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) y las autoridades hacen su labor. Al principio los hurtos eran más frecuentes, pero ahora han disminuido.
“Hasta la fecha se han hecho más de 50 mil viajes en scooters, dentro de la cifra mencionada hay más de dos mil clientes que han utilizado el servicio, y más de 100 clientes fijos que han usado un scooter más de 50 veces”, dijo Menasche.
“Nos falta un poco más de cultura. Aquí no respetan al peatón, no somos corteses a la hora manejar. ¿A la gente qué tanto le puede quitar cinco segundos dejar pasar a un peatón o a una persona que va en bicicleta o scooter cuando se está sentado en la comodidad de su auto con aire acondicionado?”, comentó Joseph, aunque admitió que no todos son malos, porque las veces que le ha tocado bajar a las calles con el scooter por las malas condiciones de las aceras o porque no hay aceras, hay conductores que sí respetan, en especial los choferes de Metrobús.
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De acuerdo con los entrevistados, sí hay un buen futuro para los scooters, siempre y cuando exista la disposición de las autoridades y comiencen a arreglar las calles, construyan ciclovías, e incluso que tengan la iniciativa de crear una ley que ampare a quienes manejan scooter.
Menasche, de Chiva Scooters, adelantó que tienen contemplado llegar a un acuerdo con el Metro de Panamá para que le permitan colocar estacionamientos de bicicletas y scooter cerca de las estaciones del Metro, para que estos vehículos se conviertan en un transporte masivo.