Más allá de los operativos policiales, drogas y armas en San Joaquín, hay personas que tratan de darle un giro a esa dura realidad.
Es así como aparece el Ministerio de Guerra y Defensa La HOS, "la agencia al servicio de Dios", que se caracteriza por ayudar los pobres, a los necesitados.
Aunque no reciben apoyo del gobierno ni de la empresa privada, ellos hacen sus actividades para llevar esperanza, ropa y comida al barrio.
El general de división Javier "Chispa" Márquez relató a día a día que ante esta realidad se trata de trabajar con los niños para irlos formando como mejores ciudadanos y cambiar el pensamiento de lo que hoy les ofrece el barrio.
Aclara que no es una iglesia "es un ministerio de guerra" y sus miembros son soldados. Tratamos con esta iniciativa espiritual ofrecer una orientación hacia el bien y cada joven que aporta da testimonio de eso.
Por ejemplo, Irving González es teniente coronel y manifestó que fue uno de los primeros miembros y ha crecido en los dos últimos años. Nunca pensó ser usado por Dios como un líder.
Expresó que le ha dedicado su vida al Señor y es algo que no tiene precio. Es líder de la alabanza y la adoración, además tocar el piano, prueba el audio y se encarga de que todo esté en orden dentro del templo.
En tanto, Abdúl Escobar, compartió que siempre quiso ser futbolista y esa era su prioridad, pero renunció a aquel objetivo, pues comprendió que Dios lo necesitaba para su misión.
"Dios demanda que lo amen más a él que al fútbol y sé que Él me va a recompensar", destacó Escobar.
Por su parte, Andrea Pérez dijo que fue en una campaña donde conoció del ministerio y empezó a depender más de Dios que de ella misma. Actualmente apoya en la alabanza, danza y es líder de niños. Mientras que el joven Ángel Garrido indicó Dios le ha permitido ver como muchas personas han cambiado y ha visto familias enteras reconciliándose. Eso le da paz y es un enorme sentimiento de alegría.
Abel Mendoza es otro chico que dice que la HOS es una experiencia que hay que vivirla para contarla.
Trabajar con jóvenes es toda una experiencia. Pocos quieren trabajar con jóvenes. Algunos prefieren trabajar con lo que sea, menos con jóvenes. El mundo los absorve demasiado. Es un megadesafío, pero a mi me agrada.