Al estar rodeados por tanta violencia, existen altas probabilidades de que la persona caiga en la delincuencia, sin embargo, Emanuel Rodríguez y Alberto Araúz, ambos de 15 años, tienen como objetivo cambiar para bien y cosechar lo aprendido con otros niños.
Emanuel tiene sueños como cualquiera y uno de esos es el amor por el fútbol, cuenta que su barrio en Santa Marta, distrito de San Miguelito, es bastante humilde y a la vez peligroso, pues los robos están a la orden del día. A su corta edad le ha tocado observar transportación de drogas y robos.
"Les digo a los niños que busquen el deporte y se alejen de los vicios".
Mientras, a Alberto le da mucha tristeza ver a sus amigos de la misma edad fumando. "Me llaman agrandado porque no salgo y no estoy en ese ambiente".
Él quiere seguir su carrera futbolística, pues desea llegar a ser narrador al igual que Miguel Ángel Remón, comentarista de RPC deporte.
"La violencia y el vicio no llevan a nada bueno, sino a la muerte y cárcel".
Ambos revelan que sus vidas cambiaron cuando entraron al programa Verano Positivo, iniciativa que impulsa la Secretaría Nacional de Prevención de la Delincuencia Juvenil de la Presidencia de la República y que les ha dado la oportunidad de viajar a otros países.
Para que el programa funcione tiene de la mano al policía amigo y no represivo, explicó Ricardo Fruto, del programa Convivencia Ciudadana de la Policía Nacional, quien se ha convertido en un padre para estos niños que luchan por no caer en la delincuencia.
Cuando la Policía Comunitaria entra en los barrios, tratamos de hablar el lenguaje de los jóvenes para llegar a ellos. hay programas desde cinco hasta los 17 años.
San Miguelito, Colón y Arraiján son zonas vulnerables, en las que desde hace años se lleva a cabo este programa.