La población panameña ha recibido un mandato: Quedarse en casa. Y todos, desde las responsabilidades individuales y colectivas, como soldados en una guerra declarada, tienen que hacer su parte.
Así lo ha explicado el presidente Laurentino Cortizo Cohen, a la cabeza de esta lucha que tiene también frentes domésticos.
Para cumplir con la tarea impuesta, cada panameño debe conocer cómo actuar y cómo protegerse.
La información veraz se ha convertido en una herramienta de combate.
Aislamiento domiciliario debe entenderse como la restricción total de las actividades fuera de casa. Las excepciones marcadas por las autoridades son bien pensadas y consensuadas para no añadir problemas de seguridad o desabastecimiento a la delicada situación sanitaria.
Si inicialmente se recomendaba como una actuación voluntaria, sólo obligatoria para quienes hubieran estado expuestos a casos identificados o agente de infección, el mandato en Panamá es quedarse en casa.
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La misma indicación ha recibido un tercio de la población del planeta, unos 2 mil 200 millones de personas. Una de cada tres personas cumple cuarentena en algún lugar del mundo, por el nuevo coronavirus
Aunque pueda parecer sencillo, aceptar restricciones de movilidad y de contacto entre una población hiperconectada, orientada al consumo y educada en la inmediatez de todas las retribuciones sociales posibles, se está convirtiendo en un problema similar a la propia pandemia.
El Ministerio de Salud (MINSA) ha elaborado un manual de recomendaciones y buenas prácticas para afrontar este aislamiento de forma prolongada.
Para poner en marcha el plan de acción, el grupo familiar debe estar debidamente informado de la importancia de las medidas y comprometerse en su cumplimiento.
Las normas en casa deben estar claras para todos, independientemente de la edad y con especial atención en aquellos que tengan mayor riesgo, por enfermedad crónica o edad.
Aun compartiendo reclusión, los miembros de una familia deben evitar compartir espacios comunes.
Y se desaconseja todo contacto físico. No se deben compartir cubiertos, vasos ni platos ni toallas o ropa de cama.
No se debe desatender la higiene personal.
Lavarse las manos es prioritario, con abundante espuma de jabón y por al menos 20 segundos. Nunca acercar las manos sucias a ojos, nariz o boca. Y hay que volver a lavarlas después de estornudar, toser, sonarse la nariz, utilizar el inodoro o tocar a cualquier mascota. Al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o un pañuelo.
El MINSA recomienda la mascarilla o tapabocas si hay síntomas respiratorios o cuando se esté cerca de alguien que los presente. No es reutilizable y se debe considerar un objeto potencialmente contaminado.
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La distancia interpersonal debe ser en todos los casos de un metro de distancia, aun dentro de casa, que debe estar bien ventilada, con luz y aire natural.
Si hay niños o adultos mayores en la familia, se debe continuar con las rutinas diarias de alimentación, sueño, actividades creativas y juegos y mantener el hábito de estudio o trabajo.
La limpieza con agua y detergente debe ser diaria, con especial atención a áreas y objetos de contacto frecuente (mesas, interruptores de luz, manijas de puertas) y se recomienda utilizar guantes, que luego se descartarán. Cuando se complete esa tarea, se deberá aplicar cloro diluido o soluciones con más de 70% de alcohol para desinfectar la casa. Nunca utilizar cloro mezclado con amoniaco.
Los artículos de limpieza deben lavarse con agua caliente y secarlos completamente antes de volverlos a usar.
Si alguien en la familia presenta síntomas respiratorios, se debe llamar inmediatamente a los teléfonos dispuestos por el MINSA para ofrecer información, como el WhatsApp 6997-2539, el 169 o contactar con la plataforma ROSA (rosa.innovacion.gob.pa) y reforzar su aislamiento con el resto de la familia hasta confirmar su estado.
De resultar positivo, el equipo asignado por el MINSA seguirá la evolución del caso con instrucciones precisas según los síntomas. De requerir atención durante la enfermedad, deberá asignarse a una sola persona de la familia para su cuidado, preferiblemente sin complicaciones de salud.
Su ropa debe lavarse aparte con agua caliente, se extremarán las medidas de higiene en el cuarto de baño, con al menos una limpieza diaria, y todos los desechos generados durante el contagio deben colocarse en un recipiente con tapa y luego eliminarse como material infeccioso.
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El Gobierno Nacional ha garantizado el suministro de alimentos y medicinas, no habrá desabastecimiento si no se hacen compras exageradas y se consume racionalmente, por lo que se recomienda no acaparar y pensar con solidaridad en el vecino.
Si es necesario salir de casa por alguna razón de fuerza mayor, cumpliendo estrictamente las indicaciones impartidas de turnos horarios, hay que mantener la distancia mínima de dos metros con cualquier persona y, al volver, proteger el entorno doméstico.
La salud mental es tan importante como la salud física. La información excesiva puede generar angustia, temor o ansiedad. Se recomienda comer de forma saludable, realizar rutinas de ejercicio físico dentro del hogar y procurar una actitud positiva. Se debe evitar el consumo de alcohol y proteger la concordia familiar.
En esta batalla, todos somos una gran familia arropados por la misma bandera.