Con latigazos, golpes, burlas, una turba que vociferaba "crucifíquenlo" y atuendo de la época, el grupo de teatro del centro penitenciario Las Tablas dramatizó la pasión de Cristo en la Semana Santa, un tiempo de reflexión, recogimiento y unión familiar, detalló Eliécer González Hernández, jefe de Tratamiento y Rehabilitación del Sistema Penitenciario.
González indicó que el compromiso de los privados de libertad se evidenció en cada participante, pues fue una experiencia increíble, porque pudimos percatarnos de manera fehaciente una vez más, que la resocialización es posible, porque cada uno de los participantes se aprendió su guion, esto gracias a un trabajo interdisciplinario con la Junta Técnica para efectuar este tipo de actividades que ayudan a la rehabilitación del privado.
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Monseñor Rafael Valdivieso de la Diócesis de Chitré, quien auspició la misa de Jueves Santos previa a la obra, expresó que en el misterio de la pasión Dios se revela como verdadero hombre, que es frágil, que cae en el camino, con una cruz pesada, pero que es fuerte, se levanta y llega hasta el final, un mensaje para los privados de libertad porque hay testimonios de quienes han estado en prisión y lograron cambiar sus vidas.
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Mientras, para el privado de libertad, José Vicente Mendoza, escenificar el papel de Jesús le dio paz interna, porque en los ensayos y en la obra como tal, llegó a sentir esa tristeza de Cristo, por lo que estudió el papel y a pesar, que le costó aprendérselo, pudo salir adelante sabiendo quien murió por los pecados de la humanidad.