El frío de la madrugada se hace evidente todos los días frente a la puerta de quimioterapia que lleva el nombre de Gretel Vallarino de Morgan de ION. Este lugar es el más temido por los pacientes, ya que allí es donde se hacen las quimioterapias para controlar o vencer la enfermedad que se cobra ciento de vidas en Panamá.
Afuera de la sala, la fila para recibir el tratamiento parece interminable, los pacientes solo levantan su cabeza para ver si les toca el turno de entrar; algunos sumidos en el dolor y cansancio, otros están postrados en una silla de ruedas.
