Les roban en sus propias narices
Al menos seis personas, todas mujeres, se han convertido en víctimas de lo que parece ser una banda de timadores que ofrece productos a precios muy bajos, y cambian oro viejo por utensilios de cocina como pailas, ollas y hasta hornos, pero que a la postre no son más que ganchos que les permiten obtener ganancias.
Hercilia Castillo, Mitzy Vargas y Zobeida Andrade denunciaron casos de los que fueron víctimas esta semana por timadores en el sector oeste.
Un hombre con acento colombiano se acercó a la residencia de Zobeida en La Chorrera y explicó que su empresa se dedicaba a comprar oro viejo y confeccionar prendas con diseños raros. La mujer le mostró una pulsera con estampados parecidos a los que usan las molas, y el hombre hizo la observación de que la prenda se estaba blanqueando y le propuso darle un baño de oro sin costo alguno, a lo que ella accedió.
El supuesto empresario le dijo que introdujera la prenda en una taza que inmediatamente tapó y selló con cinta adhesiva, le recomendó que quitara la vista porque el baño tenía un ácido que podía afectarla. Al final, el hombre le indicó que le dejara la taza con la prenda por espacio de 15 minutos y que luego la destapara. Transcurrido el tiempo, la incauta mujer destapó la taza y se percató de que estaba vacía. Ya el sujeto había desaparecido.
A Vargas le ofrecieron un par de argollas de oro por la suma de cinco dólares y le indicaron que querían salir de ella porque era lo último que les quedaba, ya que todo lo habían vendido. Atraída por la joya, les pagó y colocó en sus orejas la prenda, y a los tres días, los aretes quedaron totalmente chocolates, porque eran de lata. Esto pudiera estar aconteciendo en todo el oeste.