Martinelli califica de bochinche posible alianza con el PRD
Destacó que solo hay conversaciones con el Partido Alianza.
El expresidente de la República, Ricardo Martinelli, durante los actos conmemorativos de los 168 años de fundación del distrito de Arraiján, manifestó que por el momento no se han determinado las alianzas.
Sobre la posibilidad de unir fuerzas con el Partido Revolucionario Democrático (PRD), manifestó que son “bochinches” y que hay muchos chismes sobre el tema, recalcó.
Dejó claro que se mantiene en conversaciones con los miembros del Partido Alianza de José Muñoz y con algunos independientes, pero con partidos políticos propiamente no.
“Hay que hablar con todo el mundo, pero hasta la fecha no hay nada definido”, sentenció el exmandatario.
Martinelli también hizo referencia al tema migratorio y a las últimas declaraciones del presidente de Colombia, Gustavo Petro, sobre el tapón del Darién.
Destacó que es importante que el presidente panameño, Laurentino Cortizo Cohen, le ponga un alto al mandatario colombiano, quien ha hecho muchas declaraciones en detrimento de Panamá.
“Petro cree que todavía le pertenecemos a Colombia y yo creo que los panameños nos merecemos respeto, somos una república independiente”, aseveró.
“No podemos dejar que el presidente Petro insulte a Cortizo, ya que con eso insulta a todos los panameños”, recalcó Martinelli.
De igual manera, el exgobernante exhortó al presidente panameño a que ahora que viaje a las Naciones Unidas, ponga en su lugar al presidente colombiano.
Por otra parte, Martinelli hizo referencia a la situación crítica del distrito de Arraiján por la falta de agua potable y por los constantes apagones que hay en el área.
Sobre los constantes apagones en la región de Panamá Oeste y las pérdidas que esto ha generado, el exgobernante precisó que es necesario que a las empresas eléctricas hay que aconductarlas, ya que realmente están abusando no solo con el precio de la energía sino con el servicio.
Manifestó además que tenemos un servicio muy caro y es lamentable que ningún directivo del Estado pueda decirle a esas empresas “esta boca es mía”.
Los directivos que representan al Estado en esas empresas de energía deben ser más críticos, exigirles que provean un buen servicio y con un precio justo.