Sin siquiera imaginarlo, su último día de faena fue ayer en el patio de buses de El Chorrillo.
A Guillermo Herrera, presuntamente, le había dado un infarto, trató de pedir ayuda, pero cayó al suelo, según sus compañeros.
Mi Bus, mediante un comunicado, detalló que Herrera ingresó como operador, pero por su desempeño fue designado instructor de apoyo.