Cuatro décadas han pasado desde que Panamá le robó el corazón al arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, Óscar Rodríguez Maradiaga.
Esa fue la primera vez que vino al Istmo para predicar su primera novena de San Juan Bosco, no tenía ni dos meses de ser obispo.
Maradiaga se enamoró de Panamá los panameños lo hicieron de Don Bosco
Cuarenta y nueve años de sacerdocio, 40 de obispo y 18 de cardenal tiene Óscar Rodríguez Maradiaga, quien a los 11 años estudió en un colegio salesiano.
Desde que tenía 12 años quería ser sacerdote salesiano, otra de sus facetas es que es piloto, profesión que aprendió porque era muy travieso, por eso se dijo que no iba a ser sacerdote, sino que iba a volar aviones.
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"Cuando iba a ir para el seminario menor le dije a mi papá y él me dijo usted no va a ninguna parte porque usted no se manda solo. Usted es muy travieso y me lo van a devolver del seminario a los dos días, tenía razón, y entonces por travieso dije bueno ya no voy a ser cura, voy a ser piloto".
Fue así como el cardenal Maradiaga aprendió a leer inglés para leer los manuales de aviación y a los 14 años aprendió a volar sin que su padre se diera cuenta.
En el penúltimo año tuvieron un retiro espiritual.
El cardenal tiene 76 años de edad
"Recuerdo las palabras del predicador que nos dijo si Dios los llama no sean cobardes, así que dejé la aviación y me fui al seminario salesiano", comentó. Lo demás es historia, y aunque nunca trabajó como piloto, monseñor Maradiaga se considera piloto de las almas.
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