Las fotografías que ilustran este reportaje narran una historia interesante. Las imágenes muestran en primer plano a dos hombres de edad avanzada sonreídos. Uno de ellos se apoya de un bastón, mientras que su compañero lo abraza.
En otro cuadro se les observa sentados en una mesa, escribiendo por primera vez sus nombres. Sincronizan sus movimientos para garabatear los cuadernos con frases que hasta hoy no habían podido escribir.
Alentados por los resultados, los dos hombres se levantan y se dirigen a un tablero que han colocado de forma improvisada en una ventana. Cruzan miradas de complicidad, se ríen, disfrutan el momento mientras deslizan las tizas por el tablero que hacen aparecer frases perfectamente legibles. Un grupo de personas que atestiguan la escena los ovacionan con una lluvia de aplausos.
Nunca fueron a la escuela, por eso celebran con júbilo este logro discreto, casi desapercibido para muchos, pero significativo para unos hombres de avanzada edad que no tuvieron un maestro, una banca y unos libros de texto para aprender.
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Los protagonistas de esta historia es Don Félix Morán, de 97 años. Un hombre de baja estatura que luce gafas y un sombrero pintado. Viste camisas de raya. A su lado, Cirilo Flores, de 76 años, su hijo. Ambos (padre e hijo) aprendieron a leer y escribir con el programa “Muévete por Panamá” del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES).
Este programa, que utiliza el método cubano “Yo, Sí Puedo” y que se apalanca con la ayuda de maestros voluntarios, ha logrado alfabetizar a 672 personas en los primeros ocho meses del año y a 82,592 personas desde que se creó en el 2007.
La historia de estos panameños se registra en la comunidad de Tres Hermanas, en el corregimiento de Cirí de Los Sotos, en Capira, a tres horas de la capital.
Cuando Don Félix era un niño, en Tres Hermanas no había colegios. La escuela más cercana estaba a 12 horas de camino. Para ese entonces las calles no estaban asfaltadas y salir del pueblo era toda una odisea. Solo por una urgencia médica o por una diligencia programada se realizaba la travesía.
En el 2021, los trabajadores sociales del MIDES llegaron a la casa del señor Cirilo y al detectar que en casa había varios iletrados, crearon un ambiente de clases. Su nuera Erika Sánchez se ofreció a dictarles las clases.
Tras siete semanas y media y completar 65 clases, Cirilo aprendió a leer y escribir. También fue alfabetizada su esposa Bernabela Soto, de 71 años y su nieto José Flores de 19.
Faltaba el patriarca de la familia. Luego de ver los avances de sus parientes, Don Félix se animó y hace unas semanas concluyó con éxito el programa. En los próximos días recibirá su primer diploma, uno muy especial que lo segrega de un grupo que por su condición viven marginados.
La historia de Don Félix y la su familia reflejan el esfuerzo que está realizando el MIDES por bajar los niveles de analfabetismo en las áreas apartadas del país. A pesar de los avances obtenidos, el último censo realizado por la Contraloría de la República refleja que 123 mil 674 personas no saben leer y escribir en Panamá.
Un programa social que empodera a los ciudadanos
Marijulia Barría, directora de Alfabetización del MIDES, explicó que el programa de alfabetización empodera a los ciudadanos y les brinda oportunidades de desarrollo. Indicó que una persona que aprender a leer es independiente y puede acceder a programas que mejoren su calidad de vida.
También destacó el papel que realizan los maestros voluntarios, que en su mayoría son familiares o vecinos de la persona iletrada. Más de 10 mil maestros voluntarios han participado de este proyecto.
Barría adelantó que las expectativas para el próximo quinquenio son altas. Pronostican alfabetizar a más de 12 mil personas en todo el país.
Mientras que Olga Vado Sánchez, directora del MIDES en La Chorrera, reiteró que el programa es gratuito. El MIDES le proporciona todos los materiales, lo único que se les solicita a los participantes es el compromiso de asistir a las clases y su interés por aprender. Los interesados pueden llamar al 500-6001 o visitar cualquiera de las oficinas del MIDES que operan en las regiones de Panamá, provincias y comarcas.
Víctor Cairo Palomo, embajador de Cuba en Panamá, señaló que este método que han puesto al servicio del MIDES, se ha aplicado con éxito en países como Australia, España, Nueva Zelanda, Argentina, México, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Guatemala y muchos más.
El diplomático cubano expresó «cada graduado panameño del Programa Muévete por Panamá con la aplicación del Método de Alfabetización Yo, Sí Puedo nos llena de orgullo. Este proyecto es profundamente social y humanista. Es una cooperación que refuerza la hermandad entre ambos países».
Mientras usted lee este reportaje, 400 personas están aprendiendo a leer y escribir en sus casas con el programa del MIDES. Son ciudadanos como Félix y Cirilo que no pudieron asistir a un colegio, pero que hoy están cumpliendo un sueño que siempre anhelaron: escribir sus nombres con su puño y letra.