Policía ayudó a que padre e hija se reencontraran después de tres décadas
Se dieron cuenta que el tiempo no borró el amor ni la complicidad que una vez compartieron.
¡Santo Padre! Hacía treinta años que Anabelkis y su papá, José, se habían distanciado tras la separación de sus padres.
Un día, cuando ella crece le pregunta a su madre por la existencia de su progenitor; en ese instante no obtuvo respuesta positiva, ni nombre ni dónde ubicarlo.
Pasaron 30 años, Anabelkis expresaba que luego que su madre le diera todos los datos, nombre y dirección su deseo de encontrarlo creció.
Temerosa, pero esperanzada, decidió viajar desde la provincia de Colón, hasta Coclé, donde llega a la Zona Policial expone el caso y solicitó que la apoyen en la búsqueda del sector Vista Hermosa, en Penonomé.
Las unidades de la Policía Nacional en primera instancia corroboraron, si en efecto, la familia que Anabelkis describía existía; y es cuando se va al sector y en efecto ahí estaban.
Al llegar, sus miradas se cruzaron. En ese instante, el tiempo se detuvo.
Las lágrimas en los ojos de José reflejaban una combinación entre asombro y alegría; tenía a su hija Anabelkis frente a frente, después de 30 años que habían perdido contacto; mientras Anabelkis, quien se marchó junto a su madre de esa casa cuando apenas tenía cuatro años, luchaba contra una mezcla de emociones.
Comenzaron a hablar, compartiendo historias perdidas y recuerdos de todo lo vivido cada uno, en una provincia diferente.
A medida que el día avanzaba, padre e hija redescubrieron la conexión perdida. Se dieron cuenta que el tiempo no borró el amor y la complicidad que una vez compartieron.
Ambos se abrazaron y decidieron dejar atrás las viejas heridas para construir un nuevo capítulo juntos.
El pasado 4 de enero, a eso de las 10:00 a.m. mientras el sol los iluminaba, padre e hija caminaron juntos por el mismo camino que alguna vez recorrieron.
Al reencuentro también se unieron el esposo de Anabelkis y, su hijo lo que seguro brindará la oportunidad de construir lazos más fuertes y valiosos que el tiempo no podría desvanecer.