Puerto Barú tiene el compromiso de sembrar 100 hectáreas de nuevos bosques; admiten que tienen prohibido la tala y afectación de árboles de manglar
Acotaron que es un proyecto desarrollado en fincas privadas y tituladas desde 1970, las cuales se encuentran fuera de las áreas protegidas de manglar de David.
Representantes de Puerto Barú, en David, dieron a conocer que en el marco de su compromiso con el país, con la ciudadanía, la población de Chiriquí y sus colaboradores, proveedores e inversionistas, estimaron oportuno comunicar varios puntos importantes.
En primera instancia, señalaron que desde el año 2020, esta empresa ha estado desarrollando el proyecto Puerto Barú, en David, el primer Puerto Verde en Panamá de inversión norteamericana, que supera los 250 millones de dólares.
Añaden que el proyecto está alineado a la Plataforma Logística de la Región Occidental, que constituye una visión de largo plazo relacionada con la integración nacional, que permitirá potenciar el progreso de la región y las capacidades competitivas del país.
Así las cosas, consideran que Puerto Barú es la primera inversión y proyecto catalizador de esta visión de desarrollo del Centro de Competitividad de la Región Occidental (CECOMRO).
En días pasados, un grupo de ambientalistas interpuso una demanda ante la Corte Suprema de Justicia con el propósito de suspender el proyecto, aseverando que el desarrollo del Puerto Barú en David es perjudicial para el medioambiente. Esta información es contraria a la verdad e incluso engañosa, pudiendo ocasionar un perjuicio crítico en el desarrollo y crecimiento de la provincia de Chiriquí y el país en general.
Reiteran que Puerto Barú en David cuenta con un Estudio de Impacto Ambiental Categoría III, debidamente aprobado por el Ministerio de Ambiente, en el cual, explícitamente se prohíbe la tala y afectación de los árboles de manglar y cuenta con un plan de manejo y mitigación de riesgos avalado por experimentados científicos y especialistas en materia ambiental, en el cual se describen las medidas para evitar, reducir, corregir, compensar y controlar, cualquier impacto adverso que pudiera ocasionarse en el desarrollo del mismo.
También dejaron saber que es un proyecto desarrollado en fincas privadas y tituladas desde 1970, las cuales se encuentran fuera de las áreas protegidas de manglar de David y sin cobertura alguna de las especies manglaríticas, como se puede certificar de conformidad con sus tres (3) resoluciones de viabilidad ambiental y los permisos de suelo aprobados para uso comercial, turístico y marítimo.
En línea con lo anterior y como un modelo de puerto verde equilibrado y sostenible, Puerto Barú, en David, se ha comprometido con recuperación del ecosistema a través de la siembra de 100 hectáreas de nuevos bosques, de las cuales el 30% se encuentra dentro de sus fincas, siendo un terreno únicamente destinado para esto.
Adicionalmente Puerto Barú en David cuenta con los permisos aprobados por el Ministerio de Comercio e Industrias, Autoridad Marítima, Ministerio de Vivienda siendo en este una resolución que aprueba el Esquema de Ordenamiento Territorial, además del Estudio de Impacto Ambiental y avanza en la fase diseño técnico previa al inicio de construcción del puerto.
En este sentido, resaltan la importancia de la seguridad jurídica en Panamá y la continuidad de Estado como pilar clave para atraer inversiones extranjeras y garantizar el desarrollo sostenible del país. La certeza jurídica es esencial para que proyectos de gran envergadura, como este, continúen generando empleo, mejorando la competitividad y beneficiando a miles de panameños.
Se trata de la inversión extranjera directa más importante de la región y entre las más importantes del país, que ha cumplido con el debido proceso jurídico nacional y está regida bajo los más exigentes estándares internacionales de sostenibilidad del desarrollo, como son los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) acordados por la Organización de Naciones Unidas para el 2030 y los principios del Ecuador establecidos por las agencias internacionales de financiamiento.
La suspensión del proyecto podría significar un retroceso para el desarrollo de la provincia de Chiriquí en cuanto a los sectores portuarios, agroindustriales y de turismo, sin mencionar, los devastadores impactos en la región respecto a la pérdida de empleos directos e indirectos y graves perjuicio económico sobre la inversión privada nacional y extranjera.
Finalmente, sostiene que Puerto Barú reconoce y valora la preocupación de las organizaciones ambientales y apoya la biodiversidad y el equilibrio entre la actividad industrial y la naturaleza, es por ello que mantiene su compromiso firme de sostenibilidad y respeto al medioambiente para la provincia de Chiriquí como para el país e invita a todos los interesados a ser agentes de supervisión en la reorganización del sistema ambiental en conjunto con las autoridades sectoriales.