Quedar embarazada fue el inicio de su viacrucis, no respetaron el fuero maternal
Hace poco tuvo un careo con su exjefe y le recalcó que no le pagaría. Descubrió que se abrió una nueva empresa como si nada hubiera pasado.
Jenny Castillo era directora comercial en la empresa Armas y Municiones de Panamá (Armunal). Allí estuvo laborando desde diciembre de 2017.
En este lapso quedó embarazada e hizo saber de su condición de maternidad a la empresa donde trabajaba.
La reacción de la compañía fue enviarla a hacerse una prueba de embarazo en una clínica privada referida por ellos.
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Al conocer el resultado de aquella prueba, al día siguiente le quitan las funciones que desempeñaba. Literalmente la dejaron sentada en su escritorio sin hacer nada durante sus horas laborables.
Frente a esta situación, optó por acudir varias veces al Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel). "Yo me dirigí en varias ocaciones al Ministerio de Trabajo, ya que me sentía muy mal estando todo el día en la oficina sin oficio. Ahí reposan las boletas y me recomendaron que siguiera iendo a laborar aunque no hiciera nada, ya que eso lo hacían para que yo renunciara", expresó la fémina.
De acuerdo con la afectada, la empresa seguía descontándoles a todos la cuota del Seguro Social. Y así conta en los comprobantes de pago.
Curiosamente, Jenny Castillo solo recibió dos fichas de la Caja de Seguro Social (CSS) durante el tiempo que laboró en esta compañía.
En las ocasiones que cuestionaron sobre esta anomalía, la respuesta fue que no contaban con el servicio de mensajería para retirar este importante documento.
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La situación fue empeorando y el embarazo seguía su curso
Castillo relató que al empezar el trámite de la licencia de maternidad en la CSS no le recibieron los documentos, pues uno de los requisitos era presentar la ficha de asegurada.
Recuerda que en varias ocasiones se acercó a Ricaute Grajales, dueño de Armas y Municiones de Panamá, instándolo a pagar el seguro social. La respuesta que le daban era que él pagaba y le decía que fuera nuevamente a la CSS, pero la dama siente que le hicieron perder el tiempo.
Esta mujer se acogió a su licencia de maternidad el 30 de diciembre de 2018, puesto que su fecha de parto estaba prevista para enero de 2019.
"Trabajé hasta los últimos días, ya que estaba anuente que el señor es un mentiroso y no me pagaría... estuve cuatro meses, ya que tomé mis vacaciones y me reincorporo a mis labores el 2 de mayo del 2019", destacó.
Le pagaron una guayaba y se desentendieron
No obstante, se enteró que el dueño de la empresa indicó que ella ya no podía estar en la empresa y debe permanecer en la recepción sentada en una silla...
Grajales decidió liquidarla dentro de su fuero maternal, que culminaba en abril de 2020.
"Voy al Ministerio de Trabajo y envía un abogado llamado Odilio Sánchez donde pactamos el pago por el monto de 15,000 balboas. Este pago lo haría en letras mensuales desde el mes de agosto por la suma de 1,200; 1,200 en septiembre; 1,200 en octubre; 1,200 en noviembre; 5,100 en diciembre y 5,100 en enero", detalló.
Así las cosas, Jenny explica que se le estuvieron haciendo pagos quincenales de $600, pero le tocó estar presionando a la empresa y llamando al abogado para que se cumplieran esos pagos.
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Ni liquidación ni las cuotas del Seguro Social
Al llegar el mes de diciembre no le pagaron y le hacen saber que algún día le pagarían. "El señor me envió mensajes de texto diciendo que aceptara los terminos de un nuevo acuerdo. Yo me dirigí donde su esposa, que es la representante legal de la empresa, la Sra. Belen Cambeford. Ella me indica que no tiene ningún tipo de relacion con él ni con la empresa", acotó Castillo.
Frente a este panorama, optó por acudir a los medios de comunicación y contar la injusticia que ha vivido. No le pagaron ni la liquidación acordada y menos la cuotas del Seguro Social.
La tapa del coco, un rotundo no...
El pasado 24 de enero de 2020 se acercó a la empresa y la atendió el mismo dueño de la empresa, quien le informa que no le pagaría y que llamaría a la Policía.
Irónicamente Castillo corroboró que este empresario sigue operando en el mismo lugar, pues abrió una empresa nueva y continúa con sus actividades como si nada hubiera pasado.
Así como esta panameños, otros empleados han corrido suerte similar, donde hay financieras y bancos esperando por su pago, a pesar de que el dinero les era descontado de sus quincenas.
Este medio solicitó una versión de Ricaurte Grajales llamando a las oficinas de empresa, pero se informó que estaba ocupado. Adicionalmente se le hizo saber que estábamos a la espera de su pronunciamiento. Sin embargo, al cierre de esta nota no se hizo.