¿Retomarán el proyecto de buena alimentación en las escuelas este año?
Antes de que llegara la covid-19 a Panamá, las autoridades educativas habían iniciado con el plan de buena alimentación en las escuelas, pero llegó la pandemia y todo quedó en pausa, ahora con una fecha establecida para el retorno clases presenciales ¿lo retomarán?
Justo antes de la pandemia de covid-19, en Panamá, las autoridades establecieron la Ley 75 que promueve la buena alimentación en las escuelas y quioscos dentro de las mismas, donde se prohíbe la venta de frituras, golosinas y sodas, para cuidar la salud de los estudiantes.
En el corto tiempo que se pudo ejecutar este plan, ayudó a controlar la venta y consumo de comida chatarra dentro de los centros educativos, según Fernando Ábrego de la Asociación de Profesores de la República de Panamá (Asoprof), pero hacía falta más supervisión de las autoridades, porque pese a lo anterior no se veía la inclusión de venta de frutas en los quioscos.
Llegó la pandemia en 2020, y las clases presenciales quedaron suspendidas para evitar que los estudiantes se contagiaran de covid-19, la educación pasó a ser virtual, las aulas quedaron vacías y el proyecto de buena alimentación en pausa.
Después de casi dos años en educación a distancia, las clases volverán a ser presenciales el 7 de marzo de 2022, con todas las medidas de bioseguridad para salvaguardar la vida y salud de los estudiantes, según anunciaron las autoridades educativas. Pero, ¿retomarán el proyecto de buena alimentación en las escuelas este año?
Según el director nacional de Nutrición de Salud Escolar del Ministerio de Educación (Meduca), Jaime López, la respuesta es sí, pero será en el momento en que la Dirección Nacional de Administración indique la apertura de los quioscos. Él junto a sus colegas le darán el seguimiento requerido a todos los locales para vigilar las regulaciones de buena alimentación, según la Ley 75 y el resuelto N° 3623 del 17 de julio de 2017.
Como la prohibición de venta de golosinas, frituras, bebidas gaseosas, y preparaciones líquidas que se le agregue más de dos cucharadas de azúcar por vaso de ocho onzas.
“Nosotros estamos tratando de ver cómo conseguir los recursos para brindarle comida sana a los muchachos, además de que no podemos permitir que los quioscos vendan ese tipo de productos, porque si los padres tienen dinero para comprarle eso a sus hijos, de nada serviría nuestros esfuerzos de dar comida saludable a los estudiantes”, dijo López.
Mala alimentación y sus efectosComer comida chatarra o alimentos procesados tiene mucha influencia en niños de edad escolar, de acuerdo a la profesional en Nutrición, Sara Saldarriaga, desde causar un efecto inmediato como a largo plazo, pues pueden desarrollar enfermedades no transmisibles crónicas, como hipertensión, obesidad y diabetes.
De hecho, la diabetes infantil ha preocupado mucho en los últimos años en Panamá, pues tan solo en 2017 se registraron 31 niños con diabetes, 22 de ellos varones y 9 niñas; donde los de edad entre 1 y 9 años fueron los más afectados, según la sección de estadísticas del Hospital del Niño Doctor José Renán Esquivel.
Saldarriaga mencionó que con el consumo de comida chatarra, el niño solo se estará alimentando, pero no nutriendo de las sustancias que necesita para su desarrollo y crecimiento, “debemos contemplar los nutrientes que no tiene la comida chatarra, ya que son altos en calorías, pero bajos en nutrientes”.
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La nutricionista indicó que es necesaria una alimentación balanceada que incluya todos los grupos de alimentos, desde frutas, vegetales y carnes.
Es más, compartió que la merienda ideal para un niño, debe ser un alimento que le aporte saciedad, puede ser un emparedado con queso, pollo deshilachado o tuna, y fruta. Combinar un carbohidrato, una proteína, un lácteo y una fruta. Y en caso de bebidas, procurar que sean jugos naturales o comprar aquellos que tengan menos de 10 gramos de azúcar.
Para Saldarriaga, es imprescindible una buena alimentación en las escuelas y en el hogar, lugares en donde pasan mucho tiempo, por ello, está totalmente de acuerdo que la Ley 75 sea retomada por las entidades educativas este año, para un mejor rendimiento escolar y salud en general.
Además dijo que deberían incluir la educación nutricional en los centros escolares a nivel del estudiante, familia y profesor, para que todos estén capacitados, porque “a veces los padres no saben qué poner en la lonchera, y prefieren darle dinero al niño para que compre en los quioscos”.
Planes para el retorno a clasesPara el 7 de marzo de 2022, el Meduca iniciará con el programa “Estudiar sin hambre”, donde 273 escuelas fueron seleccionadas del plan Colmena, ubicadas en los 300 corregimientos más vulnerables del país, en las 16 regiones educativas, impactando a 57 mil 846 escolares de 6 a 17 años, según datos compartidos por Jaime López de la Dirección de Nutrición de Salud Escolar de Meduca.
Seguido del programa “Alimentación complementaria escolar”, que se viene desarrollando hace más de 20 años, donde se han hecho planes para la licitación de los productos de la merienda escolar, como leche, crema y galleta. Este plan beneficiará a 461 mil 322 estudiantes.
También han empezado con el trámite para la licitación pública de granos básicos, que van a beneficiar a 1851 centros educativos que pertenecen al plan Colmena, adicional del programa “Estudiar sin hambre”. Además, el Meduca continuará con el plan de “bienestar estudiantil”.
Todos estos programas que conforman la Dirección Nacional de Nutrición y Salud Escolar de Meduca son supervisados por nutricionistas e ingenieros agrónomos que pertenecen a la institución.
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Adicional a lo anterior, los especialistas brindan capacitación sobre la lonchera saludable, peso y talla, actividad física, prevención de obesidad, huertos escolares caseros comunitarios, como otros temas de nutrición.
Por último, todos los entrevistados concluyeron que quieren un Panamá más saludable, que la alimentación escolar es parte integral de la educación, por ende debe impulsar los buenos hábitos, y que los padres de familia siempre deben tratar de darle a sus hijos una dieta saludable para evitar que sean futuros adultos con enfermedades crónicas no transmisibles.