La historia de Richard Pascual es perfecta para demostrar que, con disciplina y organización, se puede alternar de forma exitosa el estudio con el trabajo. Cuando cursaba el último año en el colegio José Guardia Vega, en la provincia de Colón, ingresó al Programa Padrino Empresario del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), sin pensar que este programa lo llevaría a obtener su primer empleo y descubrir su vocación: la fotografía.
Desde el primer día el programa fue una relación ganar-ganar. El programa le permitió a Richard adquirir experiencias y desarrollar cualidades como responsabilidad, liderazgo y disciplina. También aprendió a trabajar en equipo, cumplir metas y desarrollar proyectos.
En el colegio supo canalizar y aplicar todo lo que iba aprendiendo. Fue puntual con sus clases, cumplió con todas las tareas que sus profesores le asignaron y su experiencia por Padrino Empresario le ayudó a escoger su carrera universitaria: Marketing Digital. Además, con la beca de Padrino Empresario que recibió, compró libros, útiles escolares y costeaba su pasaje.
Por espacio de un año debió levantarse a las 5:00 a.m. para viajar una hora y media hasta la empresa, para cumplir con una pasantía laboral de cuatro horas. Luego, al mediodía, hacía un alto para asistir a sus clases. A pesar de dividir el día entre el trabajo y el colegio, logró graduarse con un promedio de 4.4.
Mientras aprendía todo lo relacionado con la rutina laboral, los directivos de Manzanillo International Terminal tuvieron tiempo suficiente de preparar a un colaborador apegado a su currículum y a sus objetivos. Pero este proceso de aprendizaje demandó una cuota de sacrificio.
Cuando Richard ingresó a la empresa fue asignado al departamento de marketing, aquí tuvo su primer contacto con la fotografía. Al mostrar interés por la cámara se le permitió tomar algunas imágenes que gustaron en el departamento. Luego, fue asignado como fotógrafo de la revista MundoMIT que publica la empresa trimestralmente.
Fabiola Tamayo, asistente de la gerencia de Mercadeo, reconoció que Richard, desde el primer día, demostró capacidad y disciplina en el trabajo, cualidades que fueron determinante en su contratación.
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“Cuando llegó a la oficina demostró interés, fue muy fácil trabajar con él, porque quería aprender, además era muy innovador. Algo que llamó la atención es que era muy puntual con el trabajo que se le asignaba”, recuerda Fabiola.
Tras haber realizado una pasantía laboral de un año, la empresa tomó la determinación en el 2020 de contratarlo, a pesar de que en ese momento el país atravesaba por la pandemia de la COVID-19.
Richard recuerda que semanas después de haber terminado la pasantía, su jefe lo citó en la empresa para anunciarle que sería contratado. Dos años después, la empresa le otorgó la permanencia. Hoy ocupa el puesto de asistente administrativo en el Departamento de Mercadeo, habla inglés, está aprendiendo francés y cursa el primer año en la carrera de Marketing Digital.
En los 36 meses de gestión pública, el Programa Padrino Empresario ha beneficiado a 1,154 estudiantes que, a través de una beca laboral, pudieron completar sus estudios secundarios. Más de una veintena de ellos lograron obtener su primer empleo y más de un centenar lograron desarrollar emprendimientos sostenibles.
En el mismo periodo, el MIDES, con la colaboración de 171 empresas privadas, ha transferido 1,116,872.80 balboas en conceptos de becas a estudiantes entre los 15 y 17 años. Mientras que en los 35 años que el programa tiene de estar operando, ha beneficiado, aproximadamente, más de 25 mil adolescentes, con becas que ascienden a 14 millones de balboas.
Un programa que reduce la deserción escolar
La ministra María Inés Castillo destacó que Padrino Empresario es un programa diseñado para potencializar las habilidades de los estudiantes en el marco educativo y laboral a través de pasantías laborales de cuatro (4) horas diarias, de lunes a viernes, en los turnos matutino o vespertino, dependiendo de la jornada escolar a la que asistan.
Indicó que los estudiantes en el transcurso de su pasantía desarrollan habilidades como seguridad, responsabilidades, organización, trabajo en equipo y socialización. Además, mejora la proyección personal, promueve el emprendimiento, el crecimiento personal y mejora el rendimiento académico.
El programa, de acuerdo con la ministra Castillo, no sólo cambia la imagen personal y ayuda a los estudiantes a formar cualidades para competir en el mercado laboral, sino que reciben el acompañamiento y seguimiento del MIDES para fortalecer sus habilidades blandas y evitar la deserción escolar. Lo interesante es que los egresados se convierten en entes multiplicadores en las empresas donde llegan y con sus propios familiares y amigos.
Adelina Lezcano de Hernández, directora del programa, explicó que, para garantizar los resultados y la inversión, un equipo de trabajadores sociales y psicólogos les brindan seguimiento a los adolescentes durante el tiempo que dure la pasantía laboral, por lo tanto, el joven no queda solo únicamente con la empresa.
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Otro punto que ponderó del programa es que les permite a los jóvenes definir mejor su carrera universitaria y adquirir habilidades para la vida que los hacen desempeñarse como mejores y más competitivos profesionales, haciéndolos competitivos laboralmente una vez cumplan su mayoría de edad.
Richard Pascual quiere hacer carrera en una de las terminales portuarias más importantes de la región latinoamericana, que mueve 2,814,015 de TEUs al año y que se conecta con 125 puertos en todo el mundo. A su corta edad está asumiendo retos, responsabilidades y deberes, cualidades que están forjando su futuro profesional gracias al Programa Padrino Empresario.