Fueron 32 años de casados. Décadas de altas y bajas, pero con la satisfacción de que formaron una familia que los preparó para defenderse en la vida. Así recuerda la señora Nitzia González a su esposo, el capitán Cornelio Calvo, quien laboraba para la Unidad Táctica de Operaciones Antidrogas de la Policía Nacional.
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A Calvo solo le faltaban siete meses para jubilarse; no obstante fue víctima del COVID-19, virus que le truncó muchos proyectos que nía con su esposa. Por ejemplo, regresar a la isla natal de ambos, Corazón de Jesús en Guna Yala. Tenían pensado comprar una lancha para el alquiler e incluso establecer una tienda, que sería administrada por su cónyuge, entre otros planes.
Hacía 15 años que se mudaron a la capital y en sus últimos años fijó su casa en La Mesa, corregimiento de San Martín. Todos en casa saben que cuando "papá Bolo" recibía una llamada para acudir a su trabajo, no había manera de decir que no. El deber llamaba, a la hora que fuera, incluso si era su día libre.
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Durante la cuarentena total, era Bolo quien salía de casa a abastecer a su familia. No permitó que nadie más lo hiciera. Y fue así como contrajo el virus, que se complicó con un resfriado tan fuerte que lo llevó al hospital y perdió la vida el 17 de julio de 2020.
La señora Nitzia González de Calvo relata cada recuerdo junto a su amado esposo y no deja de soltar una lágrima, pues fueron décadas de sana convivencia y esfuerzos por sus hijos. A pocos meses para acogerse a su jubilación, tenían proyectos en conjunto para seguir más unidos.