Su regalo de Navidad fue atender un parto en Felipillo; hoy celebran la hazaña que dio paso a una nueva vida
La bebé está saludable y la familia en agradecimiento los designó a todos padrinos honorarios.
Hay experiencias que te marcan para toda la vida. Y cuando se trata de una vida, hay que hacerle frente a lo desafíos.
De esto dan fe, cuatro unidades policiales, quienes ayudaron en las labores de parto de la joven Laura. Fue la señora Dora, la madre de la joven que había iniciado labor de parto, quien en medio de la desesperación logró alertar sobre este momento de tensión. Cuenta que habían llamado una ambulancia y ya había pasado una hora y media, pero no recibieron respuesta.
Los uniformados llegaron a tiempo para el alumbramiento. "Como caídos del cielo", relata la hoy abuela.
Todo sucedió en vísperas de Navidad en la comunidad de Felipillo, ciudad de Panamá. Hoy día la recién nacida se llama Noemí Alexandra Gálvez.
Afortunadamente está sana y a salvo gracias a los primeros auxilios que aplicaron los uniformados, quienes son miembros de la Fuerza Urbana de Rápida Intervención (ALFA).
Se presentó la urgencia, hicieron una pausa a sus labores y se pusieron manos a la obra ante este nacimiento.
En aquel momento, la agente Chantal Segundo, junto a sus compañeros el subteniente Moisés De La Rosa, el cabo Edgar Pittí y el agente Edwin Toribio, se encontraban de ronda, cuando fueron alertados por el llamado desesperado de una mujer.
Aquella fémina solicitaba ayuda para su hija, quien estaba apunto de dar a luz. Los policías no dudaron en ayudar de inmediato a la mujer en sus labores de parto.
En primera instancia, su intención fue trasladarla al hospital más cercano, pero no dio tiempo. En cuestión de segundos, se escuchó un llanto, era Noemí Alexandra... estaba a punto de llegar al mundo.
Había tensión, se sudaba frío. Las miradas se cruzaban y sin mediar muchas palabras todos tenían en mente "sí podemos, vamos a lograrlo". Todos coincidían en que estaban sirviendo en otro escenario a la comunidad.
Le tocó a la agente Chantal Segundo, quien desconocía sobre la atención de un parto, recibir a la pequeña. Era la mujer en este equipo. La uniformada describió que fue un momento cumbre sentir el corazoncito de esa bebé latiendo entre sus manos.
"No soy enfermera, no soy doctora, soy policía. Pero no fui yo, fueron las manos de Dios", sostiene Chantal con humildad.
Posteriormente, Chantal, junto a sus compañeros de turno procedieron a trasladar a la progenitora y a su criatura al Hospital Regional de Chepo, en Panamá Este.
De acuerdo con la uniformada, ella no sabe de dónde el coraje y la valentía para actuar ante las circunstancias, de lo que sí estaba segura es que no dudó en asistir a la recién nacida y a su madre.
Hoy la familia de Noemí confiesa que están eternamente agradecidos por el apoyo que dieron las unidades policiales en este momento tenso, pero bonito y que seguro recordarán cada Navidad.
Y para garantizar que todo iba bien, las unidades policiales regresaron al nosocomio. No volvieron con las manos vacías, llevaron regalos a la madre y a la niña. Para sorpresa de todos fueron proclamados como los padrinos de honor.