Un haitiano falleció este lunes en un hospital de la localidad colombiana de Apartadó después de ser herido en una riña en el pueblo de Necoclí, próximo a la frontera con Panamá donde se encuentran estancados decenas de miles de migrantes que esperan poder seguir su viaje a Norteamérica.
La Policía de Necoclí informó hoy a Efe que la disputa entre dos haitianos se produjo el sábado y que en ella resultó herido uno de ellos que fue trasladado al hospital de Apartadó, una ciudad a unos 70 kilómetros al sur, donde falleció el lunes.
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"En estos momentos se están realizando las acciones necesarias para la respectiva judicialización", informó la Policía, que no reveló la identidad de los dos haitianos involucrados.
En Necoclí hay unas 17.500 personas esperando uno de los 500 cupos diarios establecidos por las autoridades de Colombia y Panamá para ocupar una de las lanchas que las llevan hasta Acandí, la última parada antes de adentrarse a la selva del Darién.
Los cupos en las lanchas están vendidos hasta finales de octubre, por lo que los migrantes, en su mayoría haitianos que tratan de llegar a México o Estados Unidos, están desesperados por salir de este municipio.
En la cabecera municipal de Necoclí apenas viven 6.000 habitantes, así que los servicios están saturados: no hay agua potable para ellos y tienen que pagar unos precios desorbitados para alojamiento, comida o para retirar dinero.
En lo que va de año, las autoridades panameñas calculan que se han adentrado en la selva -o han salido de ella porque no hay cifras de cuántas personas se quedan en el camino- unos 70.000 migrantes, de los cuales más del 60 % son haitianos y si se añade a sus hijos, nacidos en Chile o Brasil, se alcanza el 71 % del flujo.
Solo en agosto, unas 25.000 personas llegaron a Panamá desde Colombia, después de atravesar el peligroso Tapón del Darién, donde se han denunciado numerosos robos, un aumento preocupante de las violaciones sexuales y muertes por accidentes naturales y homicidios.
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