Una rivalidad por ser los mejores
Cortar cabello es un oficio que muchos barberos aprenden observando y trasquilando a quien se atreva a ser su conejillo de Indias, en su camino al profesionalismo.Uno de esos barberos es Luis González Chirri, quien tiene una barbería ubicada en el corregimiento Victoriano Lorenzo, San Miguelito.El oficio lo aprendió viendo a su papá y le ha servido para ganarse la vida y sustentar a su familia desde hace más de 40 años.Cuando Chirri empezó, los cortes se hacían con tijeras, las máquinas no existían. Además, las sillas de barbería eran grandes, pesadas y de puro hierro, no como las de ahora, que son frágiles y pequeñas.La gillette no se conocía, el cerquillo y el corte de la barba se hacían con una navaja que afilaban en una tira de cuero que iba pegada a la silla.Otro barbero de gran experiencia es Rolando Reyes, quien también aprendió con el papá de Chirri a hacer un buen corte de cabelloAmbos coinciden en que los pelaos de hoy que están en el negocio nunca han visto a un barbero de verdad, como ellos.Según ellos, antes más que barberos, eran amigos de sus clientes y les conversaban de sus problemas.Sin embargo, este sentir no es compartido por Jaison Antonio Mendieta, de 20 años, porque son épocas distintas, pero no les quita el mérito a barberos viejos como Chirri y Reyes.Según Mendieta, los barberos viejos se quedaron anclados en el pasado, pero él y los jóvenes que están cortando cabello hacen los cortes que están de moda.Jersey, El Shaarawy, doble tono y otros son los cortes que hacemos los barberos jóvenes, que no hacen los viejos, indicó Mendieta.Definir quiénes son mejores barberos es algo muy difícil, lo que sí hay que reconocer es que todos tienen mucho talento.