Como pocas veces se puede ver en la historia religiosa en Panamá, ayer cristianos de diversas congregaciones se unieron para rechazar el matrimonio igualitario, ideología de género que se quieren imponer en el país.
Al son de la murga, canciones religiosas y un baile pegajoso, cientos de creyentes religiosos y miembros de la sociedad civil se dieron cita a la marcha que fue convocada por la Alianza Panameña por la Vida y la Familia.
Eran pasadas las 3:00 p.m. cuando las calles de Vía España se vistieron de blanco, los asistentes se ataviaron con gorras, zapatillas y su suéter de este particular color que, según ellos representan la paz que buscan en cada hogar del país.
"No quiero que mis hijos vean hombres dándose besos en las calles o que los futuros panameños sean criados en hogares descarriados", así gritaba a los cuatro vientos Rosa Bernal, una de la asistentes.
También se escucharon prédicas enfocadas en reprender al demonio de la perdición que se quiere apoderar de Panamá.
Mientras, en la parte inicial de la actividad lo que se vivió fue un Carnaval cristiano, pues en un vehículo con varios jóvenes coreaban cantos religiosos, con un toque de "reguetón".
Seguido una murga le puso el toque panameño a la marcha, en la que mujeres, niños y adultos bailaron al son de las tonadas, eso sí, todo bajo el margen moral propio de los seguidores de Cristo.
El padre Eusebio Muñoz aseguró que la unión familiar debe imperar y que hay que luchar para que se cumpla la palabra de Dios.
Mientras que Humberto Araúz, un pastor asistente, dijo que no se va permitir que en el país se den situaciones fuera de la ley cristiana.
- Abundaban los cartelones con mensajes positivos hacia la familia.
En el mensaje de la Asamblea Ordinaria Anual, los obispos de Panamá expresaron su rechazo por los intentos de imponer la ideología de género.
Organizaciones de defensa de la familia mantienen su preocupación por la posible aprobación del proyecto de ley 61, sobre educación sexual.